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A pesar de todo, el mundo sigue girando, sigue riendo, sigue respirando.

La gente intenta ocultar la oscuridad, los malos pensamientos, dejándolos de lado, haciendo como si fueran puros, poniendo una mascara ante aquella oscuridad.

Todos son falsos, todos tienen una mascara consigo, es imposible no tener problemas con el mundo, es imposible no odiar algo o estar en desacuerdo con algo, es lo que te hace humano ¿no?

El albino soñaba con ese lugar, donde la tristeza era algo de menos, donde era solo a veces cuando uno se sentía mal, donde puedes vivir la vida como quieras, sin miedo a que la gente critique por lo que hagas o como decidas vivir esta. Pero estaba tan lejos de ella, era un futuro tan distante, ¿Será su corta vida suficiente para llegar a ello?

Un día conoció a alguien con una fuerte mascara, alguien inexpresivo, alguien frió a primera vista. Su nombre era Soraru, era 3 años mayor que el. Poco a poco y pasando el tiempo el cariño que sentía por esta persona se había fortalecido a su máximo.

¿Como se fortaleció?

El albino siempre fue alguien muy débil, alguien dependiente de los demás. Sin evitarlo, se confiaba instantáneamente de la gente, le podía dar su vida a alguien que acababa de conocer sin pensarlo dos veces. ¿Por qué? tenía miedo a ser olvidado, a que fuera un extra en la vida de todos, solo una sobra, un desecho del planeta, quería dejar una marca en los demás.

A causa de esto el tiempo pasaba y las mascaras de estas personas comenzaban a romperse, a mostrarse como realmente eran...

''Vamos Mafu, no seas niñita, hazlo''

''...N-no quiero''

''¿Vas a desobedecerme?''

Un golpe

''..A-Ayuda''

un suave grito, que no sería escuchado por nadie.

''¿A quien llamarás? somos los únicos que se 'preocupaban' por ti''

Risas se escuchaban, totalmente burlonas, dejándolo en el punto mas bajo.

El sonido de los golpes aumentaban, se escuchaban chillidos sordos, gritos de ayuda que eran inmediatamente cortados por el agresor.

Semi-desnudo y inconsciente quedó el albino en el suelo de su propio apartamento.

No era la primera vez que ocurría algo así.

⋯⋯⋯⋯⋯

Era temprano por la mañana en donde se despertó en el pasillo, intentó levantarse adolorido. encendió la pantalla de su computadora ya que no había dejado de funcionar a causa del 'ataque del día anterior'. Revisó notificaciones.

8 notificaciones - Soraru san (LINE)

22:15 Mafu?

22:15 Mafumafu?

22:16 Habíamos quedado de llamar hoy en la noche, pero no contestas ¿Te encuentras bien?

9:45 Ah... Me dormí

9:50 aún no ves los mensajes, ¿Te encuentras realmente bien? Iré a tu casa.

9:55 No es que este preocupado o algo así....

10:05 Tal vez, solo un poco....

10:10 Estoy por llegar.

Miró la hora, eran las 10:15.
Tenía apenas una camiseta encima que había encontrado por su habitación y su ropa interior. varias partes de su cuerpo estaban moradas, llenas de moretones y sangre que ya estaba seca. Escuchó el click de su puerta y en un acto de pánico se tiró a su cama, tapándose completamente... ¿Eran ellos otra vez?

''¿S-Soraru?'' murmuró el albino, con miedo, con temor.

Estaba temblando tal como un corderillo asustado, no había respuesta por parte de nadie.

''¿Huh? ¿y tú quien eres? ¿Por que estas en casa de mafu?'' Se escuchó fuera de la habitación la voz de alguien que conocía, Soraru, estaba hablando más fuerte de lo normal, casi gritando.

A pesar de todo el resto de la conversación no pudo escucharla, estuvo envuelto en pánico todo el tiempo, no quería salir, no quería vivir, No quería que soraru lo viera así ¿Que pasaría si se burlaba de el? de todos modos si lo hiciera, no podría saberlo, jamás pudo leer a soraru, jamás supo que sentía mientras que el albino era un libro abierto.

Alguien entró a su habitación, y aun que estaba completamente tapado sintió a alguien sobre el por encima del cobertor, abrazándolo. 

''Todo está bien, no lo volverán a hacer'' La respuesta a eso solo fueron sollozos, el albino se redujo aún mas entre sus sabanas. soraru se quedó en aquella posición por algunos minutos... 'Solo un poco y no te molestaré más' pensó el peliazul.

El albino se destapó, pero se abrazó rápidamente a el, ocultando sus heridas y golpes con exito      ''Por favor no me dejes''  dijo entre sollozos, casi como si hubiera leído la mente del mayor de los dos, como si supiera de lo que se trataba '' No me abandones....''

El cuerpo del albino estaba débil, se veía como si no hubiera comido en días, su cabello estaba algo grasoso, quizá 2 o 3 días de la ultima vez que se había dado una ducha.

''No me olvides...''

Volvió a desmayarse.

........

Aster ✿ soramafuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora