Cada vez temo más a Christian. Él dice que vaya con él pero no sé qué hacer. La diosa que llevo dentro de mí me dice que vaya corriendo a sus brazos y me deje pegar, que merecerá la pena. Pero temo a ello.
De repente suena mi móvil:
(Sra Robinson)
-¿Qué quieres tú ahora?Has conseguido lo que querías, que rompiésemos. Todo tuyo de nuevo. Quédatelo y hazle lo que le hacias cuando él solo tenía 16 años.
-Ojalá pudiese hacer eso Ana, pero sabes que ya no tenemos nada a parte de una bonita amistad. Además yo no quiero que rompáis, nunca lo quise. Solo quiero que Christian sea feliz. Tú sabrás lo que haces, pero aclárate, o te vas para siempre o vuelves con él, ¡pero ya! Y como vuelvas a romperle el corazón te las verás conmigo.
(Fin de la llamada)Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Esa mujer es capaz de venir a por mí, lo sé. Pero también sé que quiere demasiado a Christian y que no me haría nada con tal de no hacerle daño a él. La odio.
Me voy a la cama y me acuesto con lágrimas en los ojos pensando en él. Cada vez voy cerrando los ojos más y más.
Al despertarme me visto para ir a trabajar a Clytons, pero antes miro mi portátil, es decir, el suyo. Había un mensaje de él en la bandeja de entrada de correos.------------------------------------------------
De: Christian
Para: Ana.
"Ana te echo mucho de menos, con las demás chicas no me pasaba esto, cortábamos y punto; las acabo olvidando. Pero tú no, contigo es diferente. Eres muy especial para mí."
------------------------------------------------Mi corazón se llena de alegría y entusiasmo al leer estas dos últimas líneas de su correo y le contesto rápidamente.
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De: Ana
Para: Chr Yo a ti también te extraño demasiado. Me encantaría que quedásemos, aunque sea solo una vez más "
------------------------------------------------Y me voy a trabajar con la intriga de qué me responderá.
Tras pasar unos veinte minutos en Clytons descanso contra el mostrador y cojo el móvil para mirar si me había contestado. Claro que sí. Él siempre lleva su iPhone encima.------------------------------------------------
De:Christian
Para:Ana
"Srta Stele claro que quiero quedar contigo. Lo deseo. Pero dónde seria ésta cita; en PÚBLICO o en PRIVADO?"
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De:Ana
Para:Christian
"Como usted diga sr Grey"
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De: Christian
Para: Ana.
"Elijo las dos opciones, así se alargará un poco más el evento."
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De:Ana
Para:Christian.
"Está bien, mande a Taylor a las seis a recogerme a mi apartamento. Besos."
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De: Christian
Para: Ana.
"Estoy deseando que lleguen las seis.Besos."
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Ooh lo amo demasiado. Tras este largo descanso sigo trabajando con una fuerte emoción.
Miro el reloj. Las 3:44. Queda un cuarto de hora para que salga.
Al dar las 4 salgo de allí corriendo, me dirijo a casa. Al llegar me hago una ensalada y unos macarrones. Me doy una ducha rápida y me pongo un elegante y corto vestido rojo de massimo dutty. Me siento en el sofá a esperar ya que solo quedan 10 minutos para que den las seis.
Llaman a la puerta.
-¡Voy Taylor!
Voy ligera por el pasillo y al abrir la puerta es... Él.
-Que.. ¿Qué haces tú aquí?
-Srta Stele quedamos en público y en privado, pero no dijimos el orden en que lo haríamos. Además, usted me cedió el derecho a elegir.
Y al decirme esto me saca una boba sonrisa de la cara. Le beso. Me coje en brazos y cierra la puerta. Me lleva hacia el dormitorio y me tumba en la cama. Le miro sonriente. Me desabrocha la cremallera del vestido y me lo quita lentamente. Se quita toda la ropa de una forma muy sensual que me vuelve loca y se tumba sobre mí. Nos dejamos llevar por la pasión. Esa noche Christian duerme a mi lado y de vez en cuando me despierto a comprobarlo y tocarlo para saber de seguro que no es otro sueño mío.
A la mañana siguiente me despierto y él ya no está. Lo encuentro en la cocina "intentando" hacerme unos crepes para sorprenderme. Le ayudo ya que se le da de pena.
Después de pasar una mañana de risas y besos me lleva de compras. Lo amo y es mío, no tuyo sra Robinson, solo mío. Le abrazo.
-Ana ¿te parece bien que quedemos esta noche en mi casa?
-¿En Seatle?
-Sí-me vienen imágenes del cuarto rojo del dolor.
-Vale...
-Le diré a Taylor que pase a recogerte.
-No, iré yo sola. A penas cojo el coche.
-No quiero que te pase nada Ana.- me besa
-Estaré bien.
Me deja en la puerta de casa y se despide de mí con un largo beso. Recojo lo que tengo por medio y voy organizándome para el viaje. Al ver que se me va haciendo tarde salgo de casa y me monto en el coche. Arranco en direccion a Seatle con música algo antigua y yo la tarareo.
Al llegar a casa de mi 50 entro directamente sin llamar. No veo a nadie. Subo las escaleras y voy buscándolo por las habitaciones pero nada. De repente escucho algo. Voy hacia alli. Veo a Christian discutiendo con una chica como yo y de repente la besa. Yo echo a llorar y él me escucha y viene hacia a mí.
-Ana te lo puedo explicar.
-¡Calla! Primero te vas con la sra Robinson y me dejas sola, y te lo perdoné, ¿y ahora me haces esto? No quiero saber nada más de ti. Creía que podía darte una oportunidad pero no, no cambias. No me llames más. Yo no quiero formar parte de tu mundo de sombras en el que solo hay chicas desnudas sufiendo y látigos en tu mano. Te odio.
Salgo corriendo de su casa y pego un portazo en la puerta.
Arranco con el coche
-Ana no estás en codiciones de conducir, espera.
No lo escucho y me voy de vuelta a mi apartamento.
Al llegar me tumbo en la cama llorando.Pasan unas dos semanas y sigo igual, mi vida se basa en despertarme y no desayunar. Ir a trabajar y al volver comer poco. Pasar toda la tarde viendo pelis de amor y comiendo chocolate. E irme a la cama llorando.
Es increible que después de lo que me hizo le siga queriendo. Pero esque lo necesito. Es mi hombre perfecto. Es mi 50.
