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☁|120516|

Entró a aquel aparcamiento con miedo, emoción, algo de intriga y quizás vergüenza. No sabía como es que había llegado hasta ese lugar, no lo sabía. Era algo estúpido, él y la situación en la que se encontraba.

No debió apostar con JungKook a tal cosa. Esto estaba fuera de sus límites, nunca se hubiese imaginado tal castigo. Y sí que era un castigo digno del ser más cruel del mundo. Era horrible, pero vamos, luego lo disfrutaría, no se iba a negar.

El interlocutor llamó su nombre por un megáfono electrónico. Ya era hora.

La puerta que se le otorgó era nada más y nada menos que la número 151. Así que se dirigió a esta.

Al llegar a la puerta de caoba color blanca, la abrió con fervor y entró en esta, sin siquiera prender las luces.

Ahora si que temblaba.

— Hola muñeco. — le tomó de la mano una persona de identidad desconocida, atrayendolo a él. — ¿estás listo para su primera sesión? — desabrochó la camisa del más bajo y se la empezó a sacar con delicadeza.

— Ajá. — susurró, con el cuerpo estremecido por el contacto.

— Pues estoy a su disposición. — mordió el lóbulo de la oreja del contrario y siguió con su trabajo — no se preocupe, yo me encargaré de que en su visita la disfrute como nunca. — se escurrió por el cuerpo menor hasta llegar a sus labios y los beso de una manera descontrolada.

Y JiMin, pues él, solo se dejó llevar.

DollSex |YoonMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora