Amigos con derechos (Justin y ______)

Capitulo 68

Días y noches transcurrían lentos, tan lentos como el paso de una tortuga o un caracol. Mis lágrimas, sin poder esconderlas, caían por mis mejillas hasta mojar mi almohada. Justin estaba lejos, muy lejos y debido a sus estudios y los míos, casi que ni hablábamos. Me llamaba de vez en cuando, pero claro estaba que ya no iba a ser como antes. Nos veíamos por cámara web una o dos veces por mes. Era bastante conciente de que Caitlin, Chris, Ryan y Chaz se habían hartado de mis lloriqueos y frases tontas como "¿Y si me esta engañando?" "¿Y si no tiene ganas de hablarme más?".

Me hundía en mis pensamientos cada vez más, recordaba su sonrisa, sus lágrimas, confesiones, burlas y hasta enojos. Estaba cayendo en depresión, recién ahora me daba cuenta cuanto me hacía falta día a día.

Terminé el colegio, mis notas no fueron las mejores, pero tampoco las peores. Mis sonrisas se habían acabado, pues solo las guardaba para él. Lo necesitaba más que al propio aire, más que un pez al agua, más que una tortuga a su caparazón. Me sentía indefensa, agotada de extrañarlo. Pero eso se acabaría en dos semanas más, dos semanas que pasaban lentas y con ellas las horas, minutos y segundos se hacían largos, tan largos como viajar a una estrella.

Narra Justin:

Estaba dicho, nos amábamos y esta era la manera de demostrarlo. La extrañaba tanto, incontables veces pensaba en ella. Su mirada, sonrisa, sus labios y su forma de decirme que me ama. Estaba sufriendo y yo no podía permitir eso. Cerraba los ojos todas las noches pensando en que ya había pasado en día más sin ella pero que quedaba un día menos para estar con ella. Ese era mi motivo de sonrisa.

Esa mañana me desperté sabiendo que después de un año, un largo y atareado año sin verla a ella y a mi familia, iba a volver. Iba a poder abrazar a mi hermana que me llamaba diciendo que si podía dormir en mi cama, podría jugar al futbol con mi hermano, brindarle ayuda en casa a mi mamá, ver a mis amigos y tontear con ellos, comenzar a trabajar, pero lo más importante, volvería a verla a ella, podría besarla, cuidarla y hacer realidad el sueño que se había apoderado de mi, tenerla como esposa.

Narra _____:

Un rayo de sol se coló por la cortina haciendo que mis ojos se apretaran. No quería levantarme, no aún. Me senté en la cama y miré mi camisón todo subido hasta mi cintura, no había manera de que estas cosas me gustaran. Me puse de pie y camine hasta el baño, busqué una toalla y me di una larga ducha. Luego de vestirme comencé a cepillarme los dientes y me maquillé. Estaba colocándome delineador cuando sin querer di a los adentros de mi ojo, hoy llegaba Justin.

Con un solo ojo delineado tomé mi celular y le marqué. Debía escucharlo.

-Otra vez tú, mamá.-dijo fastidiado. Reí.- ¿______?

-Hola Justincito.-dije alegre.

-Oh, veo que estas feliz.-dijo en el mismo tono que yo.

-Oh, y yo veo que tú no te fijas en la pantalla antes de atender. ¿Estoy en lo cierto?

-Lo estas.-me dijo. Sonreí.- Lo que pasa es que mamá me ha llamado como seis veces diciéndome que no me olvide nada de lo que he traído. Y es que ya lo se.-dijo molesto.

-Cálmate.-carcajeé.- ¿Cómo estas?

-Muy bien y ¿tú?

-¿Tú cómo crees?-respondí con otra pregunta.

-De seguro que al igual que yo.-me dijo. Me senté en la cama.

-Claro que si. ¿A que hora llegas?

-Tarde.-respondió.

-¿A la tarde?

-No, tarde de muy de noche.

-¿Y por qué tan tarde?-pregunté.