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La vida está compuesta por diferentes rasgos, diferentes situaciones a veces no es posible controlar todo lo que nos pasa o está a punto de pasar, es así como el cumulo de las circunstancias trabaja, un tiempo determinado para cada momento en el mundo. Cada minuto es el consiguiente de otro y así sucesivamente, a veces nos disponemos a estrellarnos y no lo sabemos ya sea caso al o deliberadamente, no hay nada que podamos hacer al respecto. Una chica se disponía a ir de compras, pero se le olvido el abrigo y volvió por él, cuando agarro el abrigo sonó el teléfono así que se detuvo a contestar y hablo unos minutos.
Mientras la chica estaba al teléfono, Louis entrenaba para un importante partido y mientras entrenaba, la chica dejo de hablar por teléfono, al dejarlo salió a tomar un taxi. Un taxista se había bajado tras dejar al último pasajero, al tomar un café recogió a la chica que iba de compras que había perdido el taxi anterior. El taxi tuvo que detenerse para no atropellar a un hombre que había salido cinco minutos tarde por haber olvidado poner la alarma. Mientras ese hombre llegaba tarde al trabajo y cruzaba la calle, Louis había terminado de entrenar y se daba una ducha, mientras Louis se daba la ducha, el taxista esperaba afuera de una boutique a que la chica recogiera un paquete que no le habían envuelto por que la dependiente que tenía que envolverlo había roto con su novio la noche anterior y se había olvidado, una vez envuelto el paquete, la chica ya en el taxi vio como un camión de repartos se cruzaba en su camino. Mientras tanto Louis se arreglaba, el camión se aparto y el taxi avanzó. Mientras Louis, el último en vestirse, esperaba a su mejor amigo que se le había desatado un cordón, mientras el taxi estaba parado esperando que cambiara el semáforo, Louis y su amigo salieron por la puerta de atrás del club.
Si tan solo UNA cosa hubiera ocurrido de otra forma...si ese cordón no se hubiera desatado, o ese paquete hubiera estado envuelto por que la dependienta no hubiera roto con su novio, o ese hombre hubiera puesto la alarma cinco minutos antes, o ese taxista no se hubiera parado a tomar el café, o esa chica no se hubiera olvidado el abrigo y hubiera tomado el taxi anterior Louis y su amigo hubieran cruzado la calle y el taxi hubiera pasado de largo. Pero siendo la vida como es, una serie de vidas cruzadas e incidentes que escapan a nuestro control, ese taxi no paso de largo, el taxista se distrajo un segundo y atropello a Louis.



Un mes despues....

El ya se encontraba mejor y el accidente había quedado gran parte atrás solo una cosa, el choque le produjo un desprendimiento de retina, estaba ciego. Si bien no era algo que a él le gustara aprendió a vivir con eso y con las cosas que lo rodeaban, días previos al accidente Louis se encontraba entrenando constantemente para un partido importante, al cual no pudo asistir porque estaba internado, pero se alegro al saber que habían ganado y que tenían una medalla y replica de la copa por ser parte del equipo, solo que sentía que no se los merecía.
Los días para el eran normales ya se había acostumbrado a esa clase de vida, se había forzado en tratar de caminar y moverse de manera normal, no le gustaba depender de nadie.

Una vez a la semana tenia control en el hospital, al cual iba acompañado de su madre y no tenia como zafarse de eso, le habían recomendado un perro lazarillo y eso fue lo que agradeció de su ceguera ya que el siempre había querido un perro pero su madre nunca lo acepto, pero esta vez tampoco tuvo suerte, siempre intentaba convencerla el no perdía las esperanzas.
Este día era un Jueves, tenia control, intento ir solo como todos los jueves pero su madre no cedía, Jay no era la típica madre pesada y enfermante, era bastante liberal con lo que respectaba a Louis, pero si había algo con lo que era firme y era con esos controles, no solo porque aparte de que Louis podría desviarse del camino o podría pasarle algo, si no que no quería perderse las indicaciones del doctor y saber si había mejoras o si Louis podría volver a ver pronto, qué era lo más esperado desde que les dijeron que había una posibilidad. Salieron en marcha al hospital, Louis le preguntaba a su madre como estaba el día, iba con lentes de sol, aunque los rayos de este no le molestaran en lo absoluto le gustaba andar como si nada le pasara y solo fuera alguien normal caminando, o en este caso iba sentado de copiloto en el auto de su madre.

La vida no es tan mala. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora