Abrí los ojos y agarré mi celular. No me podía creer que fueran las cuatro de la tarde. Menuda resaca, menuda mierda. Me levanté y me duché con agua fría para activar un poco mi cuerpo medio muerto. Me vestí mientras intentaba recordar algo de la noche anterior, pero tenia demasiadas lagunas mentales. Estaba preparando algo para comer cuando Damon me llamó para preguntarme si quería ir a tomar algo con él y Graham. Fuimos juntos a la fiesta de ayer, así que supuse que debían estar en las mismas que yo. Quedamos en QuinDecim la cafetería donde solemos vernos normalmente.
Los tres nos conocimos hace tres años, cuando ellos empezaron una banda y buscaban miembros para esta. Nos hicimos amigos, me contaron el proyecto y me propusieron ser su manager. Decidí aceptar, y a partir de ahí comenzó nuestra carrera.
Salí de casa y caminé bordeando el río. Un cielo gris típico de Londres se extendía sobre mi cabeza, amenazando con llover y mojar la ropa seca que no había recordado recoger del balcón. Las primeras gotas empezaron a caer justo cuando abrí la puerta del Café.
Entré en el local y me encontré con Damon, que acababa de encender un cigarrillo, y a Graham, sentado a su lado miraba la superficie de la mesa como si estuviera observando otro universo . Los dos tenían unas ojeras notables y cara de cansados. Me acerqué a su mesa y retiré una silla para sentarme al lado de Graham.
Vino el camarero del bar, un viejo amigo nuestro, y le pedimos tres cafés con leche. Después empezamos a hablar sobre la fiesta de anoche, ninguno de los tres recordábamos demasiado , pero ya estamos acostumbrados a acabar así después de cada evento. Últimamente los chicos están ganando fama, y estoy orgullosa de ellos. Las galas, los conciertos, las quedadas aumentan...
Graham dijo algo gracioso y Damon puso su mano sobre su cabello para removerlo despreocupadamente. Para protegerse, Graham cruzó los brazos encima de la mesa y escondió su cabeza entre sus extremidades para evitar que su amigo rubio lo despeinara. El pelo de Graham es precioso. Es marrón muy oscuro, casi negro, como sus ojos. Es suave y sedoso. Casi como acariciar las estrellas.
Me quedo mirando embobada la escena tierna que montan mis dos amigos. Aunque Graham... ojalá fuera algo más. Llevo mucho tiempo intentando decirle lo que siento, pero por cuestiones de trabajo no se si sería lo correcto. Damon es mi mejor amigo, pero también el de Graham, y tampoco lo quiero poner en compromisos, por lo cual nunca se lo he contado. Pero estoy segura que lo sabe por las indirectas que deja caer de vez en cuando. Graham y yo hemos tenido ciertos momentos de miradas y tensiones, pero podría ser simple amistad inocente de su parte.
-Después iré a dar un paseo por la feria-dijo Graham- ¿Os venís?
-No puedo-respondió Damon rápidamente. -Tengo cosas que hacer esta tarde.
No nos dio más información sobre sus asuntos pendientes, simplemente se levantó, se despidió y se fue, dejándonos a Graham y a mi solos en la mesa del bar. Graham y yo nos miramos y hubo un silencio un poco incomodo. Se levantó y me tendió la mano. Sin pensarlo dos veces cogí su mano y me levanté para irme con él.
Salimos del bar y nos dirigimos al lado del Thames, a la feria. Caminamos de lado, hablando de temas de la universidad y sobre ciertos problemas de nuestras vidas privadas. Nunca había hablado así con él. Es simplemente precioso. A pesar de ser un chico tímido, si se abre a ti, Graham tiene un montón de historias interesantes que contar y muchas experiencias por compartir. Habla, te escucha y te comprende como nadie, haciendo preguntas y reflexionando con cada palabra. Es más que el guitarrista de Blur, tapado un poco por la popularidad de Damon. Es un mundo maravilloso.
Cuándo llegamos a la feria paseamos por las tiendas de productos artesanos y por las atracciones, aunque no subimos a ninguna por petición popular. Graham de detuvo delante de una caseta para tirar y me preguntó si quería probar. Afirmé y pagamos al hombre para que nos diera una escopeta de dardos.
Se apoyó en el mostrador, colocando la arma falsa en posición. Cerró un ojo para apuntar y se mordió el labio inferior, cosa que hizo que me ruborizara. El ruido del disparo me sobresaltó. Graham había tocado una de las botellas. Realizó la misma maniobra dos veces más, pero a la tercera falló y no adquirió el premio del final.
Después fue mi turno. Apunté y disparé. Tocado. Segunda vez. Tocado. Y tercera vez... Boom. Tocado y hundido. Retiré la arma de delante de mi cara y mire a Graham que me aplaudía impresionado. Sonreí mientras el señor me enseñaba entre los peluches que podía escoger.
Dejé a Graham que decidiera el muñeco, ya que ciertamente le había llamado la atención uno con forma de delfín. Nos alejamos de esa caseta y fuimos a buscar algo de comer. Graham me dirigió a un sitio dónde hacen unos pretzzels muy buenos. Nos encaminamos hacía ese lugar, pedimos los dulces y seguimos caminando. Empezaba a refrescar, en cada palabra y suspiro salía vapor de nuestros labios a causa del frío.
-Oye... ¿quieres acompañarme a casa?-preguntó de repente.- Si quieres puedes quedarte hasta mañana.
Lo miré expectante y asentí.
Y entonces me besó.
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Blur (dreams)
RomanceEscribo sobre lo que sueño y con quién sueño. Diferentes historias con personajes de la banda Blur. -ONE SHOTS-