Uno

25 9 2
                                    

Ella estaba harta de existir, estaba cansada. Cansada para comer, para andar, para hablar. Pero a pesar de eso estaba obligada a asistir al instituto. Un día más en ese horrible centro, lleno de personas asquerosas que lo único que desean es llegar a ser reconocidos. Pero para qué quieres llegar a hacerte tan conocido en un centro donde dentro de un par de años nadie va a saber quién eres. Solo la persona que se tiró a uno en el baño, o la persona que fue la reina del baile. Luego cuando tengas ya una edad y madures, te darás cuenta de todo el tiempo que has perdido haciendo estupideces.

La gente no entiende como puede llegar a ser así. Tiene familia y vive en un buen lugar. Sus  padres se pasaron días preguntándole que por qué había cambiado, hasta que llegaron a un punto en el que se cansaron y empezaron a tratarle como si no hubiera relación ninguna.

-----------------------------------------------------------------------

Un día más.

Me desperté sin ningún signo de estar cansada y pensé lo que pasaría hoy. Otro día más de instituto, otro día en el mismo edificio que esas asquerosas personas. Eso significaba que hoy tendrían que soportar a la inútil de Alaska intentando ser amable conmigo, al estúpido hermano de Alaska, Tom, intentando acercarse a mí y a algún imbécil más intentando burlarse de mí, aunque al final acaben ellos perdiendo.

La verdad es que ahora si que me siento cansada, podría fingir estar enferma o podría también tirarme desde un cuarto piso.

Nada de eso funcionó, ya que mi madre me arrastró hasta el instituto.

Cabreada, como siempre, me dirigí a las puertas del centro para entrar de una vez por todas. Recibí miradas y murmuros. Yo simplemente no me dejaba ver débil, iba hasta mi taquilla con la cabeza alta mirando a un punto indeterminado del pasillo. Cuando llegué ya estaban Alaska y Tom al lado mía dando por culo, como todas las mañanas.

-Hola Zenda ¿qué tal estás? faltaste toda la semana pasada ¿por qué? ¿te pasó algo?- Habló rápidamente. Su voz me molestaba.

-¿Tengo pinta de que me haya pasado algo?-Respondí dirigiéndome hacia mi  primera clase, matemáticas, agh.

-No, o sea sí, o sea no, n-no sé.- Contestó nerviosa mientras me perseguía.

-¿Puedes callarte? me molestas.- Esas fueron mis  últimas palabras antes de sentarme sola al final de toda la clase, ignorando a todos, como siempre.

Acababa de tocar el timbre y eso solo significaba una cosa, almuerzo. 

--------------------------------------------------------

A Zenda le encantaba esa hora libre, podía irse a cualquier sitio alejado de todos y que nadie le molestase. Zenda estaba tranquila, leyendo su libro favorito por tercera vez,hasta que sintió la presencia de alguien. Ella se giró y vio a una chica a la que más o menos le echaba un año más que yo. Iba fumando y con cara de pocos amigos. Ella simplemente la ignoró.

Ya llevaba media hora ignorando a la tipa del cigarro,  bueno, de su cuarto cigarro y se estaba hartando. Por una hora que tiene libre ¿no la puede dejar sola? Se armó de valor y dijo:

-¿Necesitas algo?- Pregunté utilizando mi tono más borde.

-No.- Respondió la chica.

Yo cansada y sin ganas de discutir cogí mis cosas y me largué para dirigirme a otro banco. Lo más sorprendente es que la chica me siguió. Lo primero que pensé fue que a lo mejor se tenía que ir o iba a sentarse a otro banco, pero no, la chica me seguía siguiendo. Cansada paré y le pregunté en un tono brusco:

-¿Pero a ti que te pasa? ¿ eres una especie de acosadora o algo por estilo?

-Si fuera una acosadora no perdería mi tiempo en ti, tu vida es demasiado aburrida.- Esa respuesta me dejo un poco paralizada, no me lo esperaba, se le veía tímida.

-¿Y entonces qué coño te pasa?

-Wow, qué buen humor que tienes amiga.

-Solo quiero que una completa desconocida deje de seguirme y pueda descansar en paz.

-Tampoco es que tengas ningún conocido, ya que no dejas que nadie se acerque a ti, no sé cómo él me pidió que hiciera esto.

-Hacer el qué.- Qué le pasaba a esta chavala y quién era el que le había pedido que se acercase a mí.

-Si lo quieres saber ven a esta dirección a las 6, él tiene ganas de conocerte.- Dijo entregándome un papel y yéndose.

Abrí el papel y busqué la dirección en google maps. 

Fábrica abandonada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 03, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ZendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora