1.Día desastroso

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Marinette

"Ah..." Suspire. Adrien era tan genial. Era muy amable, dulce, simpático, divertido... Era simplemente genial. Volví a suspirar "Oye amiga si suspiras tanto Adrien se dará cuenta" me dijo Adrien... No, no, eso lo dijo Alya. Si, es verdad. Me puse roja como un tomate "Alya~ no me tomes el pelo" le dije con voz quejica. "No te tomo el pelo, es la verdad" me dijo dándome un mini empujón. De repente se oyó una explosión. Era un akuma. Todos salimos corriendo. Yo corrí a un callejón y me escondí detrás de un contenedor. Estaba a punto de decir las palabras cuando de repente apareció Adrien en el callejón. Antes de que le pudiera decir algo vi como se transformaba en Chatnoir y se iba corriendo a luchar con el akuma. Debido a eso supuse que no sabia que estaba ahí.

No me podía creer lo que estaba viendo. Mi amado Adrien era el coqueto Chatnoir. Me transforme en Ladybug y fui a ayudar a Chatnoir. Como siempre derrotamos a la persona akumatizada y chocamos los puños en señal de que lo habíamos hecho bien. Antes de irnos me acerque tímidamente a Chatnoir a preguntarle algo "¿Chatnoir t-tu me qui-quieres realmente?" le dije poniéndome roja. Vi como Chat se sonrojaba por lo que me pareció muy mono. "Claro My Lady" me dijo besándome la mano. Me soroje un poco haciendo que el sonriera pícaramente. "Bien, hasta luego chat" le dije mientras me iba de ahí.

***

Estaba en mi escritorio pensando en lo de hoy, Adrien me amaba. Decidí que al día siguiente me confesaría. Al fin y al cabo Ladybug y yo éramos la misma persona... ¿no? Después de practicar durante 1 hora como declararme decidí irme a dormir.

***

Me desperté, como de costumbre tarde. Pero esta mañana estaba muy feliz. Pensar en que Adrien me amaba me hacia tan feliz. Me dirigí hacia la escuela y ahí me encontré a Alya. "Te encuentre extremadamente feliz" me comento Alya con una sonrisa picarona. "Si..." Le dije yo. "¿Te ha pasado algo bueno?" Me pregunto dándome un golpecito con el codo. "No, nada. Pero espero que me pase algo bueno hoy" le dije sonriendo. Entramos en clase y cuando vi a Adrien no pude evitar sonrojarme un poco pensando en que hoy me declararía. Lo haría a la hora del recreo. Las horas pasaron muy lentamente y no preste atención a la mitad de las clases.

Toco la campana indicando que las clases ya habían acabado. Cuando la clase ya se había vaciado un poco me decidí a hablar. "¿A-Adrien, podríamos hablar s-solos un mo-momento?" Le pregunte nerviosa y algo roja. "Si, claro Marinette" me contesto con una sonrisa. Nos dirigimos a un lugar apartado de la gente. Estaba roja como un tomate y notaba mis pulsaciones cada vez más fuertes. "A-Adrien, t-tu me" la respiración se me volvió un poco agitada y casi no me salían las palabras. "Me-gustas" dije muy rápido y en un susurro que apenas se podía escuchar. Levante la mirada para ver a Adrien. Cuando mire, en sus ojos no había amor, ternura, ilusión o felicidad, lo que había era preocupación y un poco de tristeza. Me esperaba lo peor. "Marinette... Yo... Lo siento. Pero... ya me gusta alguien" me dijo agachando la cabeza.

No, no podía ser. El ayer mismo me dijo que me amaba. Porque ahora amaba a otra "¿Quién?" Pregunté con un hilo de voz. Adrien se quedo callo unos segundos. Me miro a los ojos, y en ese momento decidió hablar. "Ladybug" dijo sonrojándose y agachando mas la cabeza.

"Ja" no pude evitarlo.

"Jajajaja" comencé a reír. No me lo podía creer. Al igual que todo el mundo, el amaba a Ladybug, pero no a Martinette. Seguí riendo. De repente de mis ojos comenzaron a brotar pequeñas lágrimas. "¡Ah! perdón" dije.

Salí corriendo de ahí lo más rápido que pude para intentar llegar a un lugar apartado, pero mientras corría pude oír una explosión, me dirigí a ver qué era, como de costumbre era un Akuma. Mis ojos aún seguían rojos, cuando de repente noté como alguien me agarraba por la espalda. "Marinette vamos corre, Ladybug ya debe estar luchando" me dijo Alya.

Ladybug, ja, realmente no me lo podía creer. ¿Porque todos la amaban? Mi mejor amiga la amaba, el chico que yo quería la amaba, pero como de costumbre no Martinette. Nadie quería a Marinette tanto como a Ladybug. "¿Vamos Marinette , o quieres quedarte y no verla?" Me dijo Alya riendo. "No quiero verla" dije yo con un hilo de voz. "¿Eh?" Me pregunto confundida. "¡¡No quiero volver a verla nunca mas!!" Grite. Después de eso salí corriendo hacia algún lado mientras escuchaba a Alya gritar mi nombre. Seguí corriendo hasta que ya no escuche nada. Ni explosiones, ni a Alya, ni a Adrien, ni Chatnoir, ni rechazos. Nada. Todo era silencio. Había llegado a un pequeño lago en las afueras de la ciudad. Me senté a la sombra de un árbol y ahí me quede un rato.

Tikki

"Marinette..." Le dije apoyándome en su hombro. Sabia que en ese momento debía estar pensado que era mi culpa, pero por otra parte yo también pensaba que tenía algo que ver. "Marinette perdóname..." Le dije poniéndome delante suyo. "No Tikki. No es tu culpa. Es todo culpa de Ladybug. Ya se que soy yo. Pero... ¡Pero!" Mientras me decía eso comenzó a llorar. Las lagrimas salía cada vez mas rápido pero aún así siguió hablando. "¿Sabes? ¡Estoy harta de ser Ladybug! Ella me roba todo. ¡Estoy destruyendo mi propia vida! ¡Si Ladybug no existiese quizás Adrien se hubiera fijado en mi y Alya me prestaría más atención a mi en vez de a todo lo relacionado con Ladybug, como: el blog de Ladybug, las aventuras de Ladybug, la valentía de Ladybug, la amabilidad... de... Lady... Bug!" no pudo continuar hablando debido a que las lagrimas ya no la dejaban hablar haciendo que expresará  sus sentimientos con pequeños gritos en vez de palabras.

Siguió llorando durante mucho rato hasta que se quedo dormida debajo de aquel gran árbol que le hacía sentir protegida de todo, incluyéndose a ella misma: Ladybug.

La odiosa Ladybug Donde viven las historias. Descúbrelo ahora