Beautiful Hell.

Capitulo 1.

Abby-

Desde el accidente llevo el cabello por debajo de mis omoplatos. Mamá solía decir que le gustaba que lo lleve largo que nunca le daba importancia a su opinión, me las rebuscaba para llevarlo por los hombros, tenía la obsesión por hacer travesuras con el dejando siempre un nido de nutrias sobre mi rostro pero siempre estaba Brenda para acomodarlo y salvarme ante cualquier acto de ridiculez cometido. A 5 meses transcurridos de su muerte decidí dejarlo crecer, que sea largo hasta donde se pueda. No me importaba si se ponía feo o reseco, lo mantenía abundantemente largo y eso me recordaba muy seguido a ella aunque la definición de "largo" para mí siempre fue por encima de la cintura, soy de esas personas que su cabello crece con lentitud y es notable ya que jamás me paso de la cadera. Mi metro sesenta y cuatro me favorecía y no me podía quejar, con 17 años era de las más bajas de mi clase pero me gustaba mi altura y Brenda solía decir que era la altura idear para mí, me hacía adorable y bella. En esos tiempos solía sentirme hermosa, mamá siempre me recordaba la precoz mirada que inspiraban mis ojos verdes, la forma en que un hoyuelo se marcaba en mi rostro cuando una sonrisa surgía en mí, el brillo de felicidad que cargaba que daba a entender que no me podía quejar con la vida, y cuánta razón, tenía a mis amigos, a mi madre y a mi padre, tenía sentimientos, tenía emociones, siempre me preocupaban mis notas y vivía todos los días como si fuera el ultimo, pero estamos hablando de 5 años atrás, no quiero llenar mi historia con aburridas acotaciones que no tiene mucha importancia asi que voy a pasar al futuro.

Vivo en Stanford junto a Rawson, mi padre, un hombre de 48 años de edad, viudo y con una leve depresión que viene por unos días y luego se va para repetir el proceso, el primer año de la muerte de Brenda no lo pudo soportar y se volvió alcohólico, cuando cumplí los 3 mamá logro volver a embarazarse pero nació Fausto, el nuevo integrante de la familia y vivió solo 5 meses, el sexto murió por asfixia interna y mis padres lograron salir juntos de eso pero papá no pudo soportar otra muerte más en la familia con mama y callo en una depresión que duro constantemente, varias noches le escucho llorar en su habitación.

Mis padres se amaban con locura, eran las personas más enamoradas que conocí y eso me fascinaba, cuando escribía sobre mis héroes en el instituto siempre escribía sobre ellos, porque a pesar de todo siempre superaban la vida juntos, y nada se interponía en su camino. Me habría gustado vivir una historia de amor como la de ellos pero tan solo mirarme es motivo para saber que eso no sucederá. Sé que papa teme perderme, soy lo único que le queda y el a mí, junto a mi perro Toto, un San Bernardo que nunca se queda quieto a juzgar por sus 5 años y de que 1 año de su vida lo vivió entre militares, fue entrenado para acudir a situaciones de peligro y aun así sigue intacto y fuerte, es un nombre tonto lo sé pero Brenda me lo obsequio cuando cumplí 11, fue el último regalo de cumpleaños que recibí de su parte junto a un colgante con una "A" mi inicial.

Mamá decía que era un prodigio de la música y el arte, cuando estoy mal dibujo lo que siento y cuando estoy feliz puedo llegar a pintar todas las paredes de mi hogar, hace tiempo que solo dibujo, dentro de las paredes que cargan con la depresión que cargamos yo y mi padre, en mi hogar se encuentra "la sala feliz" o al menos ese era el cartel que la puerta colgaba decorado con brillantinas doradas, mamá y yo lo habíamos hecho de pequeña, ella decía que era en cuarto donde yo podía sentirme viva, un piano de cola blanco se hallaba dentro junto al ventanal que mostraba la gran ciudad, a su izquierda una guitarra acústica y a su derecha un micrófono junto a un amplificador, cuando ella vivía, yo era una niña enriquecida en arte, gastaban mucho dinero para que yo desarrollara todas las actividades que se podían relacionar con la cultura y la música y yo amaba que me apoyaran en eso, a veces Rawson me pide que le cante "Let it be" de los Beatles, era la canción favorita de mamá.