Caminaba rumbo a casa después de ver a unos amigos de el colegio,nada importante respondiendo preguntas y cuestionando respuestas.
Después de amenas conversaciones, mi amigo Francis inicio bromas comunes por el barrio tocando timbres y corriendo algo para pasar el tiempo antes se ir a comer independientemente a nuestras casas hasta la segunda sección antes de llegar a la antigua estación de ferrocarril, observamos una casa llena de abundantes enredaderas,con una estructura empedrada y unas escaleras de madera algo crujientes y desgastadas, eso sin mencionar la gran cantidad de naturaleza cubriendo casi por completo la casa como si estuviese decorándola; Francis no soporto las ganas de tocar el timbre que estaba al costado de el número veintiuno pensando que no serviría de nada pues probablemente ya no servía y no habría quien abriera la puerta de esta broma, pues después de unos segundos los tres escuchamos un sonido impactante como fuera de este mundo, al menos de este mundo, no resistimos la curiosidad y acudimos inmediatamente a la vieja puerta como si ese sonido hubiera controlado nuestras reacciones Francis un poco tímido toco nuevamente el timbre con sus manos sudorosas pero sorprendentemente nunca nos percatamos de que no pasaba ni una sola persona por este calle hasta que Anton se dio cuenta y nos hizo razonar esta situación, sin embargo la puerta abrió y extrañamente nos adentramos involuntariamente pues algo nos había absorbido por dentro la casa relucía sus hermosas fuentes de porcelana con agua cristalina sus paredes con tapiz amatista y el suelo de cuarzo azul, hermosa vista pero aterradora como si conociéramos otra perspectiva en trastorno a realidades diferentes.
Parecía que el tiempo era normal pero los relojes parecían descontrolarse como si los minutos fueran horas. Caminábamos dentro de esa casa, cada vez parecía que no avanzamos y la casa se hacia cada vez mas grande y profunda se sentía helado pero no podíamos salir, en ese momento de inquietud escuchamos una risa morbosa pero a la vez contagiosa aunque nos aislamos para ignorarla y seguimos a otras habitaciones, de repente Anton platicaba sus experiencias en un campo que fue por visitar a sus tíos donde su tío Mario le platicaba de una mujer en vestido blanco que flotaba en los bosques de su cercanía y que justo esa noche se había asomado en la ventana de la habitación prestada y pareció verla por las características que describió su tío entonces bajo pero ya era tarde...no estaba.
ESTÁS LEYENDO
Un Día Común
Science FictionNo te va a gustar, piensas que siempre es un día sencillo sin motivo alguno donde te enfocas a realizar actividades que perderán el sentido en un determinado momento...hasta que ves que hay veces donde todo se vuelve alucinante y pierdes el control...