Como si fuera una eternidad

9 2 1
                                    

Hola soy Hose-Chan vivo en Osaka, Japón, voy a la secundaria y tengo unos 2000 años, creo, cuando se vive tantos años ya se pierde la cuenta. Esta historia se trata de la primera ves en 2000 años que me enamoro de un mortal.su nombre era Ikari, el caso es que yo como siempre fingí haber entrado en la secundaria y me enamore perdidamente de el, el ángel que me cuida, kiseki, empezó a decirme que tuviera cuidado con lo que hacia pero yo solo pensaba en Ikari después de unos días desde que lo conocí empezamos a salir era tan hermoso, alegre y divertido que no podía creerlo el fue lo que los humanos llaman mi alma gemela, tanto lo amaba que no quería separarme nunca de el, era tanto el amor que sentíamos uno por el otro que parecía que nuestras almas fueran una sola, al llegar el debido tiempo aun que en mi opinión fue apresurado, me pidió matrimonio y le dije que si.Cuando el ángel se entero decidió venir a hablarme y confesarme que el me amaba tanto como yo a Ikari. El me dijo así "Hose si el consejo se entera voy a estar en problemas, ya no podes salir con ese humano te lo prohíbo" a lo que respondí furiosa "no es justo! primero me dan este "don" dejándome vivir para siempre SOLA en la eternidad, ¡NO VOY A RENUNCIAR A IKARI!" el ángel no lo soporto y me besó,reaccione sacándolo de encima y gritándole"que te pasa?! ¿que no ves que acabo de decirte que estoy enamorada de otro? lo amo y quiero estar con el para siempre, ademas lo único importante para mi ahora es la felicidad de Ikari" las ultimas palabras del ángel fueron "si tanto te importa su felicidad déjalo vivir una vida normal con una esposa e hijos humanos"después de pensarlo un poco fui a ver a Ikari y le dije que nunca iba a tener un recuerdo mas hermoso como la primera vez que lo vi o el día en que me dio el Bombom que adentro tenia un anillo o esa ves en dijimos que le pondríamos Guido e Isabella a nuestros dos hijos, le dije que lo amaba mas que a nada en el mundo y termine con el. Unos años después veía por la ventana de la casa de Ikari como almorzaba con su bella esposa y sus hermoso hijos Guido e Isabella, cuando todos se levantaron de la mesa y solo quedo Ikari el me vio en el reflejo de la ventana pero en realidad yo no estaba ahí. Yo estaba cuidándolo desde su alma.FIN

Las aventuras de Hose-ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora