Era un día como cualquier otro. Me estaba alistando para ir al instituto. Pensarán que asco, pero la verdad es que adoraba ir al instituto. Para mí, ese lugar era mi mundo, mi mundo perfecto.
Fui elegida la mejor estudiante y hoy recibiría mi medalla. Eran las 7.45 am, estaba esperando que Jack, mi novio, me buscara. El era perfecto. Al igual que todo en mi mundo.
Mi padre era uno de los mejores empresarios de la ciudad y mi madre una importante y reconocida doctora. Todas las personas en esta cuidad sabían de nuestro apellido a la perfección. Yo era una niña bien, porque así debía ser, no cierto? Y así era, supuestamente, perfecto.O eso pensaba.
Hasta que sentí un temblor en todo mi cuerpo y todo se volvió negro.