Única Parte.

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Vamos, abre tus alas y besa mi alma, hazme saber que nunca partiste de mi lado y que sigues besándome la cara para despertarme por las mañanas.

-Miguel Rogel

-Vuelve amor mío, vuelve y hazme feliz de nuevo- entre sollozos el pelinegro susurraba frente a la tumba de su prometido.

Todos los días le dejaba una nota con una rosa, nunca faltaba al cementerio, siempre acudía a visitarlo.

Ruben había fallecido en un accidente de tránsito, un hombre ebrio venía sin control por la carretera chocando de frente su auto con el del castaño, provocando la muerte instantánea de ambos.

Miguel se declaraba culpable de aquello todos los días, aunque no la tuviera el simplemente se sentía así por no haber hecho nada al respecto.

-Miguel- sus ojos rojos e hinchados se giraron a ver a aquella persona que tanto anhelaba desde el día que lo perdió de sus brazos.

-Ru...Ruben...

-No llores más, aquí estoy- el delgado chico vestido de blanco se acerco a pasos lentos donde se encontraba Miguel, se arrodillo acunandolo entre sus brazos- cuanto te extrañe

-No te vayas otra vez, por favor- su voz salía quebrada y dolida, sus lágrimas parecían cascadas.

-Tengo que, no puedo quedarme aquí

-Quiero ir contigo, ya no quiero estar solo por favor- Ruben suspiro y con su índice toco el pecho justo donde se encontraba el corazón de Miguel

-Aquí siempre estaré y aquí- deposito un beso en su frente con tanta ternura que esos cinco dolorosos años se hicieron nada para el pelinegro.-¿Me puedo llevar esto?- Ruben tomo la nota que se encontraba sobre su lápida, el mayor solo asintió.

Luego de varias horas estando allí Miguel abrió los ojos y se encontró de nuevo con su miedo, la soledad.

-No no no no- se removió y empezó a buscar con la mirada a su chico pero no lo encontró obviamente- Por favor.

Un foco se encendió en su cabeza cuando recordó que le había pedido la nota, revisó la lápida y los alrededores. La nota ya no estaba; su corazón latió fuerte sabiendo que aquel momento no fue solo un sueño sino que él si había vuelto.

Se levanto sacudiendo su ropa y camino a casa, con una sonrisa. Con la sonrisa que Ruben le había entregado.

Y de ahora en adelante lo único que escribía en aquellas notas era: vuelve.

Porque sabía que él las leía.

Vuelve || One Shot || RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora