Te quiero, Sakuya.

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Era una mañana calurosa, no había ninguna nube, los rayos del sol no pasaba por las ventanas de la mansión Scarlet.

*¡Remiliaaaaaaa, dormilona, despierta que son ya las 11 de la mañana! -Dijo Sakuya acercándose a la cama donde estaba ella- 

*-Remilia hizo una mueca con la boca, ella quería seguir durmiendo- Mmmm, déjame Sakuya, quiero dormir un poco más. 

*No, querida, ya dormirás esta noche, que te he preparado el desayuno, está en el piso de abajo. -Refunfuña- Vaya mujer...

-La chica vampiro abre los ojos, dirigió la mirada hacia su criada- Bueeeeeno, vale, porque lo haces tú, que sino, me quedo aún en la cama. -Se levanta de la cama y abraza a Sakuya- Eh... muchas gracias por todo, siento si soy una molestia... -Tras decir eso, la vampiresa se dirige hacia el piso de abajo donde tenía el desayuno-

.*..Que tonta eres, Remilia. -Se llevaba una mano el pecho izquierdo- ¡Bueno, vamos a ordenar la habitación, ya que es mi trabajo!

-En el piso de abajo, estaba Remilia desayunando-

Como siempre, el desayuno de Sakuya está riquísimo. ¡Sakuya, ya he terminado de desayunar, ¿puedes llevártelo?!

-La criada escucha la voz de su ama y rápidamente baja al piso donde estaba ella. Recogió los platos y lo dejó en el lavaplatos- Bueno, Remilia, ¿qué te apetece hacer hoy? 

*Mmmmm. Podríamos salir a la calle aunque haga mucho calor, ¿qué te parece? 

-Sakuya asintió con la cabeza- Vale, pero hay que tener mucho cuidado con el Sol. 

*¡Qué sí, qué lo sé muy bien! -Refunfuña cruzándose los brazos-

*Venga, no te enfades, mujer. -Soltó una risilla y estiró el moflete de la vampira- 

*Bueno... vale. -La mira con los mofletes rojos. Estaba contenta de tener tan cerca a su ama- ¿Vamos o qué, Sakuya? 

¡Por supuesto! Aunque antes... espera. -Se dirige hacia el perchero donde estaba el paraguas. Tras cogerlo vuelve a donde estaba la vampiresa- Que se me olvidaba el paraguas y no quiero que te pase nada. -Sonríe- 

Oh, no te preocupes por eso... si me pasase algo ya estás tú para cuidarme. 

-Ambas salen de la mansión. La ama abre el paraguas y se pega a Remilia. Empiezan a caminar hacia el jardín-

*Qué buen día hace hoy, ¿no crees Remilia? 

*Pues sí, una pena ser alérgica al sol, aunque bueno... -se rasca la mejilla- se está muy bien con el paraguas, y mas contigo. -Sonríe y le da un beso en la mejilla-

*-Se queda en blanco, no sabe como reaccionar a tal situación-

*Uuuuhh... te has quedado en blanco, ¿no, Sakuya? -Ríe, llevándose una mano en la boca- 

La escena se habría producido en el campo de flores que había, hacía mucho sol, los pájaros revoloteaban por la hierba.

*Err.. No me lo esperaba, eres mala, Remilia. -Por fin pudo reaccionar, se había quedado en blanco durante unos segundos-

*¿Yo mala? Para nada, querida. 

*Bueno, bueno, haré como si no hubiera pasado nada, ¿vale? 

*Como veas. -Se inclina hacia adelante, ya que era muy bajita, se queda mirando fijamente por unos minutos los ojos de su criada. Los tenía marrón oscuro, son muy bonitos. A Remilia le encantaba ese color de ojos- Tienes los ojos muy bonitos. -Tras decir eso, se aparta de ella- Bueno, bueno, ¿nos vamos ya? Me apetece mucho estar en la habitación.

*Me parece bien. ¿Te apetece echar una carrera, enana? 

*¡Qué no soy enana, leñes! ¡Y claro que me apetece pienso ganarte!

-Ambas empezaron a correr hacia la mansión. Hacía tiempo que no corrian, desde que Remilia era muy pequeña. Es increíble lo rápido que pasaba los años-

*¡Oye Remilia que te voy a ganar, al parecer ser pequeña te está afectando!

*¡Pero qué dices, si ser pequeña tiene sus ventajas, hmpfff! -De la emoción que tenía, se resbala y se da un buen golpe contra el suelo. El paraguas se queda a un lado de ella, y el sol empieza a darle en todo el cuerpo.- No puede ser... -Decía su pensamiento, ella sabía perfectamente que si se quedara un poco mas en el sol podría a llegar a morir- ''Debo de llamar a Sakuya... pero... apenas tengo fuerza...''

-Sakuya había llegado ya a la entrada de la mansión-

*Uf, uf, uf... Al fin he llegado. ¡Remilia, ¿ves? he ganado!

* ........

*¿Eh, Remilia? -Tras darse la vuelta, vio el cuerpo de su amada vampiresa en el suelo. Su cuerpo estaba lleno de quemaduras. Rápidamente y sin pensarlo mil veces, fue directamente hacia donde estaba ella- ¡Remilia! ¡Remilia! ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado? -Cogió en brazos el cuerpo de la vampiresa, y rápidamente entró en la mansión- Debo de hacer algo, rápidamente, no quiero que le pase nada. -Los ojos de la criada se cristalizó, estaba apunto de llorar, no quería que le pasase algo grave a Remilia, es lo último que quiere perder en esta vida. Las gotas cayeron sobre la mejilla de Remilia-

* .... -La vampiresa abrió un poco los ojos, vio a Sakuya que estaba llorando- ¿Dónde...? ¿estoy...? La última vez estaba en el suelo... me había caído...

*-Sakuya escuchó la voz de su querida vampiresa. Se alegró de poder oírla de nuevo, tenía mucho miedo de perderla- ¡Remilia! Me alegro de que estés bien... Tranquila, estoy aquí para cuidarte. 

*Eh.. Sakuya... -Con una mano libre que tenía, acercó los dedos a los ojos de su criada, y limpió las lágrimas- No... llores... ¿vale?

*¿Cómo quieres que no llores? No quiero perderte, jamás de lo jamases, te quiero, mucho. ¿Qué haría yo sin ti? ¿Dime? 

* Yo... no sé que decirte... Nunca me habían dicho eso... y que me lo digas tú... pues... es muy bonito.. -Había empezado a llorar, se le había roto el alma tras escuchar lo que había dicho Sakuya. En ningún momento quería verle sufrir, solo quería estar feliz ella- Yo.. también.. te quiero.. -Tras decir eso, cerró los ojos-

* ¡Remilia, no te vayas por favor! 

-La criada había llegado a la habitación de Remilia. Se acercó rápidamente a la cama, y la dejó. El cuerpo de Remilia estaba sudando, se escuchaba como gemidos, la pobre estaba sufriendo mucho. Le faltó piernas para bajar las escaleras, buscó rápidamente un pañuelo, y llenó un cubo de agua. Con cuidado, subió las escaleras, entró a la habitación y se acercó a la cama de Remilia-

*He traído agua, espero que con esto te mejores.. -Mojó el pañuelo en el agua, tras hacerlo, lo posó en la frente de la vampiresa- Sé fuerte Remilia, sé perfectamente que no te va a pasar nada.. -Se agachó y le dio un beso en la mejilla, estaba ardiendo-

-La vampiresa abrió los ojos, miró de reojo a Sakuya y sonrió-

* Hola.. Sakuya.. Siento muchísimo haberte dado muchos problemas a lo largo del año. Yo solamente quería ser feliz contigo, pero he sido muy tonta..

*Remilia.. No digas tonterías por favor. Da igual que hayas dado mucho problemas.. yo.. te seguiré queriendo, y eso nunca cambiará, que te quede claro..

*Pero mírame ahora, todo ha sido por mi culpa, me he resbalado de la emoción..

*-Niega con la cabeza- Es culpa mía, no tendría que haber dicho lo de la carrera.

-La vampiresa se inclinó como pudo, se acercó a los labios de su criada, y le dio un largo beso. Tras unos segundos, se separó, y se volvió a tumbar-

*No te separes nunca de mí.. es lo único que te pido, Sakuya. 

*No lo haré. Jamás de los jamases. -Se inclinó, y le devolvió el beso- Te quiero, Remilia. 



                                                                                FIN.



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⏰ Última actualización: Apr 18, 2016 ⏰

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