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Salí del club "Pinky Promise", eran las ocho pasadas. Había ido a arreglarme ahí, ya que era dónde guardaba mi maquillaje y mis prendas de ropa más bonitas.

El señor Valachi estaba esperándome fuera, sus ojos estaban clavados en las luces de neón que había de decoración con las letras del nombre del club, y entre sus labios tenía un cigarro. Llevaba unos pantalones negros de arreglar y una camisa del mismo color, con los primeros botones abiertos, dejando ver parte de su torso. Tenía que reconocer que estaba increíble.

-Buenas noches, señor Valachi.

Me acerqué a él, me seguía impresionando su estatura, con los tacones solo le llegaba a la altura del cuello.

Él dirigió su mirada hasta mí, sus ojos bajaron por mi vestimenta.

No me había arreglado mucho, llevaba un vestido blanco ajustado, corto, pero era elegante. Mis pies estaban cubiertos por unos tacones rojos oscuros. Me había pintado los labios del mismo color que los tacones y solo me había puesto un poco de rímel.

Valachi apartó el cigarro de entre sus labios y me dedicó una pequeña sonrisa, sin mostrar sus dientes.

-Buenas noches, Gia-Dio otra calada al cigarro y lo tiro al suelo, con uno de sus zapatos lo piso y luego volvió a subir su mirada hacia mí-Llámame Erik.

-¿Te llamas Erik?

Él asintió.

-Sígueme.

Erik atravesó la calle, le seguí por detrás hasta llegar a un Rolls-Royce negro. El chofer bajó del coche en cuanto nos vio y nos abrió la puerta de la parte de atrás.

-Gracias-Le sonreí y subí. Me coloqué en el asiento del fondo, al lado de la ventana.

Erik subió, dejando el asiento del medio libre, y el chofer cerró la puerta. Observé cada rincón del coche, todo era muy lujoso y clásico y olía a limón.

-¿Cuántos años tienes?-Pregunto Erik cuando el motor se puso en marcha.

-Diecinueve, dentro de poco cumpliré veinte. ¿Y tú?-Le miré.

-Veintiséis.

Asentí y dirigí mi mirada hacia la ventana. Ninguno de los dos volvió a decir algo en todo el camino, pero él no apartó su mirada de mí ni un segundo.

El chofer abrió la puerta, Erik bajo y me tendió la mano para ayudarme, pero la rechacé y bajé por mi misma.

Observe el lugar, estábamos delante de una mansión enorme, era clásica y parecía antigua. A nuestro lado estaba lleno de coches lujosos.

Caminé al lado de Erik hasta llegar a la entrada, donde había un chico con esmoquin.

-Buenas noches, señor Valachi-Saludó-Les acompañaré hasta su mesa.

Erik no dijo nada. Empezó a caminar detrás del chico y yo detrás de él.

Era un sitio impresionante, lleno de mesas con manteles de seda, cubiertos trabajados y por lo que podía ver en los platos la comida era muy fina. De fondo sonaba una ligera música clásica.

Había mucha gente, todos iban vestidos con prendas caras y elegantes. Muchas miradas se posaron encima de Erik mientras pasábamos entre las mesas, sobre todo miradas de chicas que luego dirigían miradas asesinas hacia mí.

Cuando llegamos a nuestra mesa, el chico que nos acompañó retiro mi silla, le sonreí y me senté. Erik se sentó enfrente de mí.

-¿Que quieren beber?

Gia(+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora