Una vez que el deseo se desata, se pierde todo control sobre sí, Lilith bien lo sabe.
Las carcajadas fuera de sí, resuenan fuertemente en el jeep negro compitiendo con el rugir del motor, sobre sus asientos de cuero se encuentra su dueña, una mujer de edad media, su cabello, azabache como la noche con algunos pocos destellos grises, estaba totalmente desordenado, sus ojos de un negro profundo estaban rodeados por lo que alguna vez fue maquillaje y que ahora solo quedaba las manchas borrosas de él. Sus finas y extrañamente arrugadas manos tenían tan firmemente aferrado el volante que sus dedos estaban blancos por la falta de circulación. Ella, Lilith, solo aceleraba con un propósito fijo, acabar la distancia entre ella y los encandilantes focos blancos.
Para Lilith las cosas nunca han resultado del todo bien; su ex esposo, un hombre patético, vicioso y proxeneta, le hizo la vida imposible durante veinte años viviendo a expensas de ella y aun cuando decidió marcharse había dejando a una hija bastarda, que ella tuvo la obligación de cuidar.
María era la hija de una de las muchachas de puerto que él solía visitar, Lilith se hizo cargo de ella a la edad de 12 años y la cuidó, sin mucho cariño. Aún ocho años después, cuando María rozaba los veinte años, Lilith seguía a su cuidado, por esta razón pudo conocer al bizarro joven que cautivó y destruyó su corazón, Daniel.
Joven, alto, ligeramente bronceado, de cuerpo fuerte y cincelado; de rostro juguetón acompañado de relucientes ojos turquesas como la más pura de las aguas con una personalidad introvertida y tímida, deseoso de experimentar el
mundo y a la vez miedoso de que no cumpla con sus expectativa, Daniel, fácilmente se podía comparar como una brote en invierno, algo hermoso y delicado que es muy difícil de hallar, mas no imposible.Daniel era un universitario, que al haber reprobado algunas materias su volvió compañero de maría, por los azares del destino, un día fue a casa de ella para hacer un informe de la universidad. Cuando llegó a la casa de ella, quien abrió la pesada puerta de madera fue la mujer más bella que sus ojos había visto, de rasgos finos y delicados con algunas líneas de expresión que delataban su edad, una silueta cautivante acompañada de unos carnosos labios pintados de rojo carmesí, provocando que se le acelerase el corazón. Desde ese encuentro él siempre encontraba una excusa para ir a visitarla, y en cada encuentro, el la deseaba más y ella se enamoraba más.
Solo bastaron un par de meses para que el consiguiese su propósito, pero de alguna manera se sentía vacío. Lilith por su parte estaba llena de dicha, al fin conseguía una realización amorosa, un hombre que valiese la pena; pero esto no duró mucho.
Daniel era un hombre que deseaba con ansias poder experimentar todo sentimiento, toda experiencia posible; por lo que su relación lo aburrió con facilidad a no tener mayor dinamismo.
Una fría tarde de invierno, en plena tormenta, María se encontraba sola en casa cuando Daniel llego empapado de los pies a la cabeza, sin poder ir él se quedó en la casa. Talvez fue a causa de sus cuerpos empapados, o quizás el corte de luz, o el miedo de María hacia los truenos, o simplemente la emoción del momento, pero desde aquella noche lluviosa, Daniel y María comenzaron una verdadera aventura.
Por la carretera de Valparaíso, aquel puerto que el ex esposo de Lilith solía visitar, esa noche había un pequeño auto escarabajo estacionado con una pareja de amantes en el interior, hacia ellos se dirigía un imponente jeep a toda velocidad, con una mujer, que acababa de descubrir un gran engaño, dispuesta a ponerle fin a su vida llena de sufrimiento.
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Palabras del alma.
Non-FictionHistorias que a alguien, en algun lugar, en cualquier tiempo le puedo, puede y podria ocurrir. Las palabras que se desconocen y el final al que pocos quieren llegar. ~~~~ Esta es la primera "novela" que me atrevo a subir, espero que les guste y sino...