Nina se despierta todavía aturdida después de escuchar el primer trueno de la tormenta. Son las cuatro de la mañana y estaba soñando... ¿con Emily y su padre? No, imposible. Ni siquiera conoce a ese hombre, pues sólo lo había visto dentro de su todoterreno negro e impecable cuando iba a recoger a su hija.
Se sienta en la cama intentando analizar qué era lo que había pasado en el sueño. Pero es inútil... No consigue recordarlo, como casi siempre.
Un segundo trueno hace que se sobresalte y se vuelva a tapar con las sábanas hasta la nariz. Pero hace calor... Y a pesar de que Nina odia las tormentas de verano y el verano en sí, sabe que no puede hacerla parar, así que se levanta y enciende la radio. Sube el volumen al máximo para intentar ignorar el chapoteo del agua de lluvia al chocar con su ventana. Por los altavoces salía la voz de David Bowie cantando Space Oddity, una de sus canciones favoritas de todos los tiempos. Caminando al ritmo de la canción y dando alguna que otra vuelta bailando, rebusca entre sus cajones y en su gran armario la ropa que se pondrá hoy. La deja encima de la cama y se va al baño para ducharse. Lo bueno de vivir sola es que no te tienes que preocupar de si molestas a tus compañeros de piso con el agua de la ducha a altas horas de la madrugada...
Mientras el agua cae sobre su cabeza y recorre todo su cuerpo, no puede evitar pensar en aquel horrible día.
Era verano. Nina tenía sólo seis años, y a súa padres les habían dado unas cuantas semanas de vacaciones, así que decidieron ir a disfrutar del Mediterráneo a Barcelona. Sus padres, su hermano Hugo y ella. Todo ocurrió el 29 de junio... Aquel día hacía tormenta tormenta, justo como hoy. Mientras cruzaban un bosque, un rayo partió un árbol cerca del coche en el que viajaban. Todo volvió blanco, la luz era cegadora y escuchó el ruído más fuerte de toda su vida. Cuando el árbol cayó, aplastó la parte delantera del coche, llevándose consigo la vida de sus padres y dejándola sola en este mundo. Nina no recuerda haber llorado tanto y tan desesperadamente desde entonces. El dolor que tenía dentro era eternamente grande, y no pudo eliminarlo nunca. Todavía en la actualidad llora al recordar lo que ocurrió.
Como ahora. Nina no puede evitar que las lágrimas que tiene encharcando sus ojos resbalen por sus mejillas. Por suerte basta con un poco de agua para eliminar cualquier rastro de dolor de su cara. Sólo sus ojos enrojecidos podrían delatar que ha estado llorando.
Al salir de la ducha se envuelve el pelo con su toalla de algodón favorita y se viste la ropa interior. Mira el reloj: son las cinco de la mañana. Genial, tendría tiempo para pintarse las uñas y maquillarse como dios manda antes de ir a la facultad. Normalmente, Nina prefiere de lejos dormir media hora más antes que levantarse para hacer cosas en su cara y sus uñas. Y llegar puntual no está en su vocabulario: siempre llega tarde a todas partes.
Se peina el pelo y lo deja suelto para que se seque al aire. Prepara un desayuno digno de una foto para Instagram. Había muesli y fruta por todas partes, y el zumo de naranja tenía un color intenso que invitaba a bebérselo. Demasiada comida sana para una dieta saludable: si por ella fuera, desayunaría una simple tableta de chocolate. A lo mejor se haría un bocadillo con ella. De pan integral, tal vez... No se preocupa mucho de su figura, aunque últimamente sí disfruta la comida sana.
Se come todo lo que ha preparado y se va a su habitación para vestirse. Rompe el primer par de medias. Qué típico... El segundo consigue ponérselo sin daños, así que se enfunda los pies en unos Louboutin negros. Los primeros zapatos de diseño que se ha comprado por sus propios medios. Por eso les tiene tanto cariño. Y no se los pondría de no ser porque hoy es un día especial. Su carrera se termina hoy. Aquella por la que tanto ha luchado desde que se fue de España con sólo dieciocho años y medio.
Se viste el precioso vestido blanco, con vuelo y de corte asimétrico que le regaló Henry por su cumpleaños. Recuerda que el día que se lo regaló sólo pudo pensar en lo mucho que se había pasado con su regalo. Y ella no podría pagárselo. Sabía que era un regalo, pero aún así... Sintió que no se merecía algo tan valioso. Era un Tommy Hilfiger hermoso, blanco, con detalles en negro y que Henry le había dicho que lo llevara puesto en fin de carrera. Y así lo va a hacer.

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Antes de tí (Johnny Depp)
RomanceNina Pérez Otero es una diseñadora con un futuro prometedor. Tras un pasado traumático que le hace querer olvidar sus raíces, se muda a Los Angeles para terminar su brillante carrera. Quizás su problema sea involucrarse demasiado con sus modelos. El...