The owl

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¡Hola! Ya había escrito unos drabbles anteriormente, pero la idea de una trama sencilla en los umbrales de una simple cafetería de verdad me llamó. Me sentí divertida al volver a escribirla y reeditarla.

Fandom: Haikyuu!!

Parejas: KuroTsukki, BokuAka y otras más que puedo mencionar cómo realizadas o llegar a desarrollar.

Disclaimer: Esta obra no me pertenece. Sus derechos de propiedad intelectual son exclusivos de sus autores.

Advertencias en las entrañas de la historia

-Temática a la homosexualidad. Si eres homofóbico, por favor cierra la pestaña.

-Universo alternativo. Fuero de la dimensión del anime.

-Sin más, disfruta de la lectura.

The owl

Cafetería The owl.

Es un local magnifico, cómodo y sencillo. No destaca entre las demás franquicias, pero tampoco es para denigrar sus servicios. Acomodado entre la tienda de juguetes The laugh y el comercio de mascotas de la tranquila ciudad, resultaba fácil ubicarlo. Lánguido, pintado de color azul y con pequeños adornos alegres que colgaban pomposos afuera del lugar. También tenía ese vigor de fuego en su entresijo, pero a su vez mantenía ese toque cálido que te invita a atravesar el umbral, postrar tu trasero encima de unos de los bancos metálicos y pedir tu café cargado con tu búho caliente.

Si llegaban preguntarle a Tsukishima en dónde podían encontrarlo les diría que no tenía pierde.

Fácil de encontrar, y por supuesto lo bastante estrepitoso para notarse a unas cuentas manzanas. Ya sea por su calidad a la hora del servicio o por ser el único local que mantenía costumbres absurdas para el menú.

Era tonto, siempre se cuestionó esa idea de su jefe, aun cuando éste emocionado le planteaba la premisa de incluir tan estrambóticos nombres para los víveres de entrada.

«Queremos destacar de las demás cafeterías»

Ese fue el pretexto de arranque para incluir los nombres dentro del repertorio de la cafetería. De principio, se negó a llevar tan ridículos pedidos a las mesas y se planteó la idea de buscar otra jornada laboral en un lugar menos extraño que ése. Sin embargo, al recordar los óbices que yacían fraudulentos sobre su vida y de las oportunidades escasas lacerándole el camino, Tsukishima se dio cuenta de que existía pocas «en verdad pocas» posibilidades de que aceptasen trabajar a alguien menor en otros lugares. Entonces, por más estúpido que sería su futuro como mesero y que las burlas llegarán como mosquitos a la humedad no pudo negarse a la petición de trabajar ahí junto a un delantal verde y un menú disparatado.

Grande fue su sorpresa, demasiado grande debía aclarar, cuando a dos semanas de inaugurarse The owl la gente se había aglomerado como lobos hambrientos, curiosos por probar algún panecillo de fresa, una dona o simplemente probar el tan susodicho búho de chocolate. Lo malo, fue tener que aguantar las extensas filas de clientelas que llegaban a perturbarle y conversaciones que no le importaban,

La vida es irónica.

Pensó, después de mirar a sus superiores Komi y Konoha corretearse con cajas dentro de la cocina. Por un momento la idea de ayudarles se le vino a la cabeza, pero no, él tenía otro asunto que resolver. Atrás, la lánguida voz de Akaashi apenas y resonaba porque era encubierta por la escandalosa voz de Bokuto en cada pedido que le fuera ordenado.

Cremás y granos de café (KuroTsukki y BokuAka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora