Salí de casa y me encontré con John, un chico un poco mas alto que yo,con el pelo negro desaliñado y ojos marrones como la arena fina que cubría el patio de detrás de mi casa. Los dos teníamos unos once años e íbamos igual: los mismos vaqueros azules y la misma camiseta de tirantes azul, que era lo que llevabamos practicamente todos en el refugio exceptuando a los hombres que vestian como mi padre con unos pantalones verdes y marrones con una chaqueta del mismo color y una gorra. Pero no le gustaba hablar de su padre desde que se fue con la mayoria de hombres del refugio, al igual que el padre de John.
El refugio consistia mas que nada en unas veinte casuchas de madera y piedra alrededor de la plaza y de la que salian cuatro grandes y anchas calles que se dirigian en direcciones Norte, Sur, Este y Oeste del pueblo.
Tenia pinta de que el dia seria otro cualquiera, con la hora de comer despues del descanso de su madre del trabajo y salir con John a jugar a la pelota.
Podria heberse dicho que iba ganando el la pachanga de uno contra uno pero un temblor en la tierra hizo enmudecer a todas las personas que había en el refugio.
Tras el segundo temblor,
mi madre salió disparada de la cocina que daba directa con el patio trasero y nos agarró a John y a mi enviándonos velozmente al interior de la pequeña chabola.
Los instantes siguientes fueron muy confusos, otra sacudida en el suelo hizo que los gritos de la calle parecieran salidos del mismísimo infierno y el ultimo temblor de la tierra esta vez más grande más cerca y mas ruidoso hizo que la pesadilla terminase.
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ALPHA
Science FictionMike vivía de forma normal en su pueblo cuando la Unión Norte intentó arrasar con todo lo que había a su paso Él y su amigo John estan resistiendo en una de los pocos sitios a los que no ha llegado la Unión Norte sin saber nada del exterior salvo q...