Era el día, mi fiesta de cumpleaños todo el mundo acudió a mi fiesta, todo el mundo menos ella, pasaban las horas, los minutos, los segundos... Pero Ella no daba señal señal de vida. Subí a mi cuarto pero mientras subí choque contra una persona. Era Matt mi mejor amigo, era mezquino , y utilizaba a las chicas como títeres. Este me pregunto hacia donde iba
-Al baño. Respondí
-No tardes mucho la gente te espera.
Yo le respondí con una sonrisa vacilona y me dirigí al baño. Cuando llegué ahí cerré la puerta con llave y empecé a llamarla
-Venga... Cogelo...Vamos joder... Nada, salto el contestador.
Volvía a llamarla, pero esta vez sí que lo cogió
-¿Si? Contesto, con su suave voz
-¿Donde estas?
-¿A que te refieres? en mi casa estudiando para el examen del día 20.
-Estamos a 6. Dije un poco cabreado
-Da igual, así me lo aprendo antes
-¿Por que no estás aquí?
-Ya sabes por que....
-¿Es por tu hermano no?
-Sabes que Matt nunca me dejaría estar contigo.
-Y tu sabes que me importa una mierda lo que diga tu hermano, te quiero y quiero que mi novia este conmigo en mi décimo octavo cumpleaños
-....
- Vete preparándote en diez minutos estoy ahí
-Pero...
-Shhh, diez minutos el tiempo corre.
Sentí como sonreía aunque no estuviese junto a mi, la conozco demasiado...
-Necesitare 15. Me respondió otra vez con su dulce voz
-Te doy 13 y no hay más que hablar
-Oye
-¿Que?
-Te quiero
Sonreí y la respondí
-Y yo a ti tonta.
Colgué el teléfono y me dirigí al garaje muy sigilosamente
Pero por desgracia me tope otra vez con Matt
-Hey. Dijo Matt
-¿Que quieres ahora tío? Respondí con voz de cabreo
-A ti que te pasa tronco te me vas relajando
-Tío no quiero peleas eres mi mejor amigo
-¿Enserio? Joder tío te quiero.
-¿Estas borracho?
-¿Yo? No, no, no que va, no, yo borracho no, nunca
-Le quite la cerveza de la mano y le dije:
-No la líes, vengó en 20 minutos, espero que cuando vuelva no esté mi casa en llamas
-Prometido, puedes confiar en mí, te quiero tío
-Vale. Me giré y sali de mi casa cerré la puerta principal y suspire.
-Por fin...
Gracias a Dios habia salido de esa casa sin que nadie se diera cuenta, monte en el coche y me dirigí hacia su casa, su casa estaba a pocos kilómetros de la mia, yo vivía en una humilde y fea casucha, mientras que ella vivia en una mansión, cada vez que entraba a su casa me quedaba empanado de lo gigantesca que era. Tras varios minutos conduciendo, por fin había llegado.
Pite varias veces y grite
-¡Sal ya!
Entonces la vi asomándose por la ventana
-¡Ya voy!
Tras cinco largos minutos y creerme fueron muy largos, por fin salió de su enorme casa.
-Estas preciosa... Me quede varios minutos admirando su belleza antes de arrancar el coche
-Gracias. Me respondió ella con su sonrisa deslumbrante.