Takao...¿Takao?

1.4K 98 34
                                    


DISCLAIMER: Kuroko no basket pertenece Tadatoshi Fujimaki. Este fanfic no tiene ningún fin de lucro, tan sólo entretener al lector.  



Era lunes por la mañana; Takao se había levantado como todos los días, duchado, cambiado y puesto rumbo a casa del peliverde, para recogerlo con aquel característico carro tirado por la bicicleta. Aunque hacían turnos basados en piedra, papel y tijeras, lo cierto es que casi siempre le tocaba a Takao. Aunque no le importaba demasiado, incluso gracias a ello había mejorado su resistencia física, lo cual le venía muy bien para los partidos.

Ese lunes había seguido su rutina como todos los días, sin importar nada. Tenía la mente despejada, en una preciosa burbuja sin dejar entrar los recuerdos del viernes. Se detuvo delante del edificio dónde Midorima vivía y esperó un poco. Enseguida el más alto salió por la puerta ajustándose las gafas y caminando hacia él. Y los recuerdos le llegaron de golpe, sin poder detenerlos.

–Takao...Takao, ¿te estabas tocando? – Escuchó la voz de Shintaro en su cabeza y sintió como el color cubría sus mejillas. Bajó un poco la cabeza, haciendo que el pelo se moviese en la misma dirección y así poder ocultarse un poco. El as de Shutoku venía caminando hacia él, listo para empezar aquel tedioso lunes.

–¿Te estabas tocando mientras llevabas puesta mi chaqueta? – Negó al aire, intentando alejar aquellos pensamientos. Midorima ya había llegado y lo vio algo extrañado, pero no hizo comentarios al respecto.

–Buenos días, Takao. – dijo con la misma expresión seria de todos los días.

–¿Acaso aquí también te tocas, pervertido-Takao? – el Midorima del viernes sonaba totalmente diferente al Midorima de todos los días.

–Buenos días, Shin-chan, ¿listo para ir al instituto?

–Oha-Asa ha predicho un buen día para Cáncer, y tengo mi objeto de la suerte, así que de veras espero una buena mañana.

–No te muevas...no me contendré. – tan sólo deseaba controlar su mente, ponerle freno e impedir que siguiese por aquella línea.

–Si ya tienes todo, vámonos. – Takao subió a la bicicleta, ante todo debía aparentar normalidad. Si Midorima podía mostrarse indiferente respecto a lo ocurrido el viernes anterior, él también podría.

–Takao...lo siento.

* * * *

Al llegar al instituto, el base aparcó la bicicleta y se desmontó, tratando de respirar con normalidad. Un par de chicos esperaban en la entrada en pequeños grupos, mientras que los demás estudiantes entraban con paso perezoso.

–Shin-chan, tienes que adelgazar. – constató Takao sin más, buscando cualquier tema de conversación del que pudiese hacer uso para burlarse del escolta.

–¿Qué?

–Pesas mucho para tirar de ti todas las mañanas, ¡estás gordo!

–¿Cómo voy a estar yo gordo si entreno todos los días? – comenzaron a caminar hacia las puertas principales, entrando en el hall – No conducirías todas las mañanas si no perdieses al piedra, papel y tijera.

–¿Cómo es posible que el papel gane a la piedra?

–Simplemente son las reglas del juego, Bakao.

Takao suspiró alzando los hombros. Era malo en ese juego y Midorima siempre se aprovechaba.

El timbre sonó y tuvieron que entrar a clase. La mañana les estaba pasando lenta, tanto a uno como el otro.

Takao...¿Takao?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora