Yo Soy La Nueva Kira

Brook Casanova.

La campanilla estaba a punto de timbrar, Brook ya había guardado todas sus pertenencias en su mochila, siempre tenia el tiempo calculado. Aunque no lo pareciera, es una chica muy calculadora, es muy reservada, muy misteriosa, lo que ella aparenta ser, no lo es.
Es una chica muy atractiva, de una larga cabellera rubia, de piel blanca y tersa, de unos penetrantes ojos verdes, las piernas eran largas, sus brazos igual, tiene las curvas donde deberían y su busto era grande pero sin exagerar, ella era hermosa, la perfección femenina.

Aunque la envidia no pensara igual, la señalaban como lo hacían con las rubias, superficial y tonta, con dinero, mucho dinero y prestigio. Era cierto, sus notas no eran destacadas, pero no por ser tonta, era por retar a sus padres, ella era mas de lo que aparentaba, no solo era dulce, tierna, cariñosa y popular, era fría, calculadora y siniestra y era mas inteligente, podría colocarse en el top tres de los mejores en el país. Pero no lo hacía. No lo haría.

-Brook ¿caminamos juntas a casa? - esa voz realmente irritada a Brook.
-claro. Brook sonrío tan dulce y tiernamente.

Justo como ella lo había predicho, la campanilla sonó, el profesor guardo su material en su maletín y al igual que él, los estudiantes salieron tras él, Brook se giro a la chica que se sentaba a su lado, una muy linda latina, de cabellos castaños que acariciaba sus hombros, su piel caramelo al igual que sus ojos, todo su rostro eran finas líneas, era pequeña de altura.
-anoche vi en la televisión el desfile de modas de tu mamá, es increíble.
-eso creo,he visto tantos que ya no me son tan interesantes - comentó Brook aburrida.
-creo que tu familia es increíble.
-yo creo que la tuya es mas interesante, "princesa".
Por loco que pareciera, Brook preferiría ser hija de los reyes de los carteles de México o de cualquier otro lugar, pero no ser hija de una diseñadora de fama mundial o de un doctor que ayuda a todo el mundo, menos a su propia familia.
-creo que ambas pensamos muy diferente.
-tú tienes una vida genial Ámbar.
-dejemos eso de lado, vamos, hay que salir de aquí - miro a la venta, justo en el área del aparcamiento - antes de que los autos lleguen por nosotras.
Eso era lo único bueno de salir con Ámbar, ella no siempre seguía las reglas.