Sin querer

16 2 2
                                    

Se encontraba sentada en una mesa de madera mirando a los demás muchachos que reían y hablaban alegremente sin preocupaciones, ella una chica delgada de pelo marrón claro que le llegaba por los hombros y unos grandes ojos verdes, tímida y sin apenas amigos no llamaba la atención y la gente la miraba raramente, solamente para criticar para hablar de su forma de vestir, de ser, de hablar, de actuar, hablar por hablar esas cosas que pueden desquiciar a cualquiera pero que a esta chica de ojos verdes ya estaba acostumbrada. Madeline Lee era su nombre, el nombre de aquella chica tan observada pero tan poco conocida a la que nadie quería acercarse porque lo diferente a ellos les asustaba. Su tía en su mejor de sus intenciones había querido llevarla a aquel campamento donde había tanta gente de su edad pero ella se sentía perdida y sola, como siempre. Absorta en sus pensamientos una chica de pelo corto negro y ojos marrones se acercó a ella con una pequeña sonrisa en sus labios, Madeline suspiró ya que pensaba que le haría alguna pregunta para reírse de ella, alguna pregunta ridícula en las que contestaba con la mejor de sus sonrisas como una niña pequeña pero no la miró decidió observar al suelo hasta que la chica tosió y empezó a hablar con una voz aguda y simpática :

-Hola, si quieres vente con nosotros...-parecía nerviosa por una posible respuesta negativa de aquella misteriosa chica.

Madeline dudó al ver el rostro nervioso de aquella chica, a lo mejor solo se trataba de una broma de mal gusto para reírse de ella pero la verdad es que nadie había hecho algo así simplemente hacían como si ella no existiese por lo que lentamente la miro asintió y se levantó mientras que la chica la sonreía, la guió por detrás de unas casas de madera que supuso que serian las casas que usarían para cuando viniesen grupos más grandes, mientras caminaban vio a una pareja besarse escondidos detrás de unos árboles lo que le provocó que se pusiese más nerviosa, ella no había tenido nada eso porque nunca la había querido nadie de ese modo, era una chica fea de pechos pequeños y eso a los chicos no les gustaba, siempre estaría sola.
-Ya están otra vez ¡Qué asco! A ver si se creen que van a durar más de un mes-dijo haciendo una mueca con la boca aquella chica, ni siquiera se había presentado pensó Madeleine.
Llegaron a un lugar resguardado entre unos matorrales que daban justo a una parte de un río y que en el suelo había unos chicos sentados jugando a las cartas, todos miraron para arriba y algunos saludaron con la cabeza mientras otros se quedaban mirando con atención a aquella chica de ojos verdes en opinión de algunos muy mona.
-¡Hola! ¿Tú eres Madeleine? Yo soy Catherine pero llámame Cat- hablaba muy rápido aquella chica alta de pelo rizado y rubio, se la veía ruiseña y mientras que sonría vio que llevaba un aparato sobre unos dientes, en su opinión, ya colocados.
-Ho-Hola...- dijo tímidamente Madeleine mientras sonreía intentando parecer lo más simpática posible y es que con sus quince años aún le costaba sonreír. Cat la miró de una manera extraña y enseguida se dirigió a la otra chica de pelo corto que acompañaba a Madeleine.
-Claire, vamos a presentarla a los demás pero como están jugando a las cartas voy a decirles que paren un rato ya sabes cómo se ponen- después se dirigió a Madeleine y sonriendo más que nunca le dijo- se están jugando una bolsa de pipas, tranquila cuando les conozcas mejor te resultará más normal todo pero son buena gente.
Fue corriendo al otro lado de aquel pequeño espacio al que llamaban la Orillita mientras que Claire hablaba un poco más que aquella chiquilla.
-¡Chicos! ¡Eh!- empezó a mover las manos rápidamente para que la hiciesen caso pero solo consiguió fue un resopló de Lewis que en ese momento iba perdiendo y no quería más distracciones.-Cath ha traído a una chica que estaba sola y nos la va a presentar, es muy tímida así que ya podéis ser menos indeseables.
-Somos unas bellísimas personas- dijo Carol que se giró para mirarla mientras un mechón de su pelo pelirrojo caía sobre su cara.-¿Quién es?
-Una chica, se llama Madeleine no sé que.-contestó rápidamente Cath.
-¡Espera! ¿Esa? Si nadie quiere juntarse con ella, parece que está loca-dijo Charles dejando las cartas a un lado- ¡Bah! Lo dejo, comeos las pipas por mí chavales.
-A mí me dijeron que vive con su tía y que sus padres murieron, bueno su padre se fue y luego murió.-dijo Sophia cogiendo la bolsa de pipas que se encontraba en medio del corro para abrirla.
-¡Tía! Luego la abrimos-dijo Jamie mosqueado porque quería seguir jugando pero estaba claro que no en esas condiciones.- Además lo que pasó que me lo dijeron mis padres que conocen a su tía es que su padre tuvo problemas con el dinero y el alcohol y se murió y su madre dos años después de leucemia...
-Vamos a dejar de hablar de esto-cortó la conversación Cath- el caso es que lo ha pasado mal por lo que decís y ni quiero que soltéis una de vuestras gracias, por favor ¡Vamos!
Todos se levantaron y se presentaron uno a uno: el chico de pelo largo castaño y ojos azules llamado Charles, el muchacho fuerte de ojos azules y pelo entre pelirrojo y marrón de nombre Jamie, Lewis el guapo de ojos verdes y pelo casi rubio, la chica rubia de ojos azules muy oscuros que se llamaba Sophia y por último Carol un poco más baja que los demás y que tenía el pelo rojizo extremadamente largo y que tenía ojos negros.
-Están casi todos...-dijo Claire pensativa empezó a buscarlo con la mirada hasta que lo encontró.-¡Matt!
Un chico de ojos azules claro enormes y de pelo más o menos largo de un marrón muy claro y de piel morena por el sol se acercó a ellos, era alto y parecía que tenía un poco de tableta observó Madeleine ya que el chico no llevaba la camiseta ya que en ese momento se la estaba poniendo.
-Ahora os explicó lo que ha pasado, vaya imbécil el Marcos...-su rostro cambió al ver el de Madeleine-Buenas.
Los chicos le explicaron quién era y la chica se sonrojaba cada vez que este la miraba, que guapo era...
Le pasó un brazo por sus hombros y sonriendo le dijo:
-Con nosotros no vas a tener tiempo de poner mala cara a no ser que te metan estos una pimienta en el bocata.
Ella soltó una risilla nerviosa.
-Solo fue una vez...-dijo Lewis.
Pero en ese momento sonó el silbido del Jefe para reunirse y todos fueron corriendo para sentarse en un buen sitio, hicieron grupos y ella se puso con Matt, Cath y Claire y cuando pasaron lista se quedó en su mente un nombre grabado a fuego en su memoria: Matthew Looper aquel chico que no paró de mirarla en todo el verano...
Y sin querer la bella Madeleine ese verano se enamoró de él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 17, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Detrás de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora