-¡Ya voyyyyyy!
Luna abrió la puerta y vio a una mujer de unos 25 años en la puerta.
-¿Está -la señora miró un papelito- Luna?
-Eehh... si, soy yo.
-Vive sola, ¿no?
-Si.
Luna no entendía nada, se había quedado ahí plantada en la puerta mirando a la extraña señora.
-Eehh, pase, pase....
-Gracias.
La señora le sonrió y entró en la casa. Se sentaron en el salon.
-Vengo aquí porque me ha mandado Claudia, no se si la conoces, pero ella si te conoce a tí. Es mi madre. Ella es hermana de tu madre. Lo sentimos mucho por el fallecimiento. No pudimos cuidarte, mi madre tenía ya suficiente conmigo...
-Entonces...¿Somos...primas?
-Pues sí. Bueno yo ya me había enterado de algunas cosas del pasado, pero no lo he sabido casi todo hasta que he sido mayor. Nos han informado de que tu abuela, mi abuela ya no está. Así que mis padres me han dicho que si quieres te puedes venir con nosotros a vivir en Italia. Es una ciudad preciosa, creeme.
Luna miró a su prima, luego miró a su casa, hecho un rápido vistazo a la casa.
-Pues, entonces vámonos -dijo Luna-.
Luna cogió las cosas imprescindibles, además de una foto que salía ella de chica, sus padres y sus abuelos. Luna acarició la foto y la besó. Unas lágrimas brotaron de sus ojos. Luna miró a su prima, y se dio cuenta de que su prima también estaba a punto de llorar.
Se abrazaron en un tierno abrazo.
Antes de irse, Luna llamó al insti y al hotel y se despidió de todos los vecinos y conocidos.
Exclamó a todos:
-Tranquilos, que volveré a pasar una vacaciones aquí, más adelante.
Y ya en el aeropuerto, las dos chicas cogieron un avión rumbo Italia.
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GRACIAS
Teen FictionCúando solo le queda un pétalo de vida a Luna, y cree que lo ha perdido todo. Pero ella sabe que no debe perder la esperanza.