Capítulo II R-18

1.5K 92 28
                                    

¡Si, Capitán!

[Marzo 16, 5:37 A.M.]

Hoy era un día de entrenamiento, y no podía faltar. Me levanté temprano, pero mientras me acomodaba, se me iba el tiempo volando. Por la presión que tenía, amarré mal los cinturones del uniforme, pero no había tiempo para acomodarlos. Salí corriendo del sótano al patio. ¡Coño, ya están todos formados! Fui y con disimulo, me metí en la formación. Gracias al señor, el Capitán Levi no había llegado... Aunque ahí estaba el Comandante Erwin, viéndome fijamente. En ese momento llegó Levi, y le preguntó al rubio si yo había llegado tarde, palabras que hicieron estremecerme del terror, su mirada estaba fija en mi, y era venenosa.

-No. Llegó con los demás. -Al escuchar esas palabras, me impresioné rápidamente, pero me mantuve firme.

-Bien. Hoy harán entrenamiento con el Equipo de Maniobras. -Y ahí comenzó a explicar qué debíamos hacer. -¡Eren Jaëger!

Asentí, saludé y di un paso hacia adelante. Me preparó el gas, y debo admitir que sentir sus manos tocándome me causó cierta excitación. Ya listo, me preparé para disparar el gancho, pero cuando fui halado por él, me golpeé contra la pared y caí.

-¡¡Joder!! -Y en ese momento, el Capitán Levi fue rápidamente a agarrarme. Casualmente, nuestros rostros quedaron sumamente cerca, y pude ver como Erwin observó todo con molestia, igual que Mikasa, la cuál gritaba mi nombre.

Luego de un rato corto -Que fue una eternidad para mi- El Capitán me soltó con fuerza hacia el suelo.

-¡Idiota! No te amarraste bien los cinturones. -Reveló, con suma molestia y rabia.- ¿Te costó mucho hacerlo? -Me preguntó con un cierto tono de hipocresía.-

-¡No, señor! Yo... No tenía tiempo y creí que no era importante. -Admití.

-Vaya que eres mocoso. ¿Qué hubiese pasado si no fuese un entrenamiento? -Cuestionó. Me quedé callado, bajé la mirada y prometí que no volvería a pasar. El Capitán sólo hizo como si no hubiese escuchado nada de lo que dije, y siguió con el próximo.

-Vaya que eres despistado. -Comentó el caballo.

-No veo que me puedas superar. -Defendí.

-Cállense de una buena vez. -Ordenó la pecosa.

[Marzo 16, 7:46 P.M.]

La Capitán Hange me había ido a buscar en el sótano. Iba emocionada, como era característico de ella.

-¡Ereeeen! El Capitán Levi te llama. Estaba algo desesperado... ¡Ven! -Declaró.

Apenas me dijo que el Capitán me llamaba, fui corriendo. Aún no me habían amarrado con cadenas, por lo que no demoré en llegar. Me detuve en seco cuando conseguí la puerta de su cuarto, estaba ansioso por saber si me diría algo de lo que había pasado, o cualquier otra cosa. Pero, ¿Por qué me interesaba eso? Creo que estoy comenzando a tener sentimientos hacia mi superior, y eso es malo. Él no me debe gustar, apenas le dijese algo de mis sentimientos, me patearía la cara cual pelota. Pero, ¿Y si soy correspondido? Sentir su cuerpo contra el mío... Ah, de solo imaginarme aquello me invaden sentimientos no necesarios. Deseo su cuerpo, tan marcado y masculino... ¿Cuándo comencé a pensar así? ¡Si sigo en esto me voy a excitar de solo verlo, y tengo que hacerlo ahora! Respiré profundo y me propuse a entrar. Presenté el saludo.

-Tarde. ¿Dónde estabas, mocoso? -Preguntó. Apreté mis dientes con fuerza por molestia al apodo. Me miraba con furia.

-Yo... Estaba arreglando algo que... -No terminé la frase, cuando me ordenó darme la vuelta. Inmediatamente obedecí, sin preguntarle a él la razón, mas yo trataba de averiguar. Sentí como sus pesados pasos se acercaban a mi, poco a poco, hasta comenzar a sentir cierto calor en mi espalda. Era él; estaba demasiado cerca. Pero en medio de mis pensamiemtos, sentí como sus manos... Comenzaron a acariciar mi trasero. Usó su fuerza para agarrame un glúteo, dejando quizá, una fuerte marca. No pude evitar gemir a eso, y mi rostro se tornó de un color rojizo bastante leve. Escuché una risa de satisfacción y cruel por su parte. Obviamente, nunca sería de alegría.

Contigo, Mi Castigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora