¿Acaso la vida va en contra de mi?
Ahora lo más valioso que es mi padre se va así, sin más..
─Haz tus maletas, que mañana te mudas para acá, deja de pensar en tonterías. ─ trancó.
Esa, es mi supuesta madre, ahora lo que me tocará vivir, es rudo. ─ ¡...
Y, esa es la cara de mi hermana al verme llegar llorando a la "casita" que pensé que era así de hecho, pero no, está mujer que se hace llamar mi "madre" es rica, tiene todo el dinero del mundo, y de verdad aunque crean que debo sentirme la joven más afortunada del mundo, me quiero morir.
Mi padre se murió, y lo único que puede hacer mi hermana es burlarse de mi, haciendo de que llora, pero en realidad no.
Sinceramente, siento que no la conozco.
Al entrar a mi nuevo cuarto, lo único que pude hacer fue tirar las maletas, y sentarme recostada de la mesita de noche que está justo al lado de la ventanota.
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─Ay hermana pero observándote mejor, ¿por qué ahora que llegaste no vamos a una peluquería o algo así? estás destruida, y no se como se te ocurre viajar con un vestido, te fumaste algo? ─ríe, odio que sea así, ni siquiera me cambié para viajar, no dormí. ─ mejor, vete a bañar, y vamos a algún lugar.
─Mjm. ─me paro, y respondo sin ganas.
─¿Qué? ¿El ratoncito te comió la lengua?
─Si quieres que vaya contigo, callate si?, no estoy de humor, nuestro padre acaba de morir y tu lo que haces es hablar de estupideces, estas hueca o que?, me voy a bañar y salimos.
─Okey, y apresúrate que madre ya viene y no la querrás ni ver supongo.
Tome unas prendas sencillas, y unos converse, me fui a tomar una ducha, sentí como el agua helada caía sobre mí, y eche un gritito, de por sí mi temperamento estaba muy frío, y esa gota me hizo explotar de tembladera, abrí la llave caliente y así pude ducharme tranquilamente.
recalcando que nunca me he duchado con agua caliente..
Pensaba en tantas cosas, ahora viviría con mi madre, su novio y mi zarrapastrosa hermana, que ella se mudó unos cuantos años después de que mi madre se fue de la casa, ya que no soportaba a mi padre y tener que vivir en la pobreza, que sí, esa pobreza, la amé.
Prefería ser humilde y vivir en ruinas, que vivir como una rica, y ser vacía.
Salí del baño, ya vestida, no me maquillé no hacía falta, y me dirigí hacía el jardín donde mi hermana me esperaba parada con el chófer y la limusina "Hommer Bilbao" y de paso rosa, que tenía la muy consentida. La llevaba a donde quisiera, y la reconocí por las fotos que publicaba a cada rato al lado de ella.
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