Libertad

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{Two Shot – The Ship}



LuHan deseaba sentirse libre.

A pesar de que sabía que no tenía cadenas que sujetaran su cuerpo a algún sitio en especial, no sentía libertad, seguía sintiéndose presionado por algo, por algo que él no quería y ni siquiera sabía qué era.

Sus ojos siguieron a la parvada de pájaros que paseaban por el cielo, cantando con felicidad mientras movían sus pequeñas alas creando diminutas olas invisibles de aire. Tomó una larga bocanada de aire y su ceño se frunció.

LuHan pensaba que ser un ave era sinónimo de ser libre.

Podían volar por los cielos a los lugares que quisieran, cantaban felizmente mientras el aire les golpeaba con tranquilidad. No habían responsabilidades, ni presiones, las aves sólo se limitaban a viajar por el mundo moviendo finamente sus alas. Y a buscar comida y refugio en todo caso...

LuHan deseaba ser un ave para poder sentir esa libertad que tanto buscaba. Era algo confuso en realidad, porque LuHan no sabía qué era lo que necesitaba para sentirse así, tal vez necesitaba algo o alguien que lo hiciera sentirse totalmente libre y feliz.

Desvió su mirada del cielo y siguió caminando por las habitadas pero ordenadas calles de Inglaterra. Él era un viajador con sueños tal vez demasiado irreales para la gente que lo rodeaba, la única compañía que tenía era una cámara profesional que había comprado el mismo. LuHan no sólo viajaba para hacerla de turista, no, él viaja para buscar su libertad, para buscar algo que le llenase pero a pesar del tiempo que pasaba con lentitud, seguía sintiéndose igual.

Extendió su brazo cuando vio un taxi venir, el carro se detuvo enfrente de él y abrió la puerta trasera de este, dio la dirección del hotel donde se estaba quedando y mientras el carro avanzaba hacia su destino, LuHan seguía viendo el cielo. El color azul le hizo sonreír y las escasas nubes blancas eran movidas con pesadez por el aire.

Rió discretamente y miró hacía enfrente, incluso las nubes eran más libres que él.

Una vez que el taxi llego a su destino, LuHan pagó lo necesario y se encaminó hasta su habitación, saludando a la recepcionista. En realidad, LuHan estaba sorprendido de lo lujoso que podía llegar a ser el hotel, pues cada «habitación» parecía más bien un pequeño departamento, ya que contaba con una sala, una pequeñísima cocina que era separada de la sala sólo por la barra, la única habitación que era separada por una fina pared blanca era el cuarto, al lado derecho de este, estaba el baño que tenía una puerta de color caoba.

Y no estaba mal, LuHan no se podía quejar pues era más de lo que su salario le permitía, debido a que ser un fotógrafo no era un trabajo que fuese bien pagado, para su mala suerte. Sin embargo, estaba feliz de lo mucho (o poco, según se viera) que había podido conseguir con sus ahorros.

Miró el reloj que colgaba en la pared blanca y sonrió dándose cuenta que aun era temprano para hacer el tonto un buen rato. Sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón y marcó a uno de sus mejores amigos. Claro que sabía que marcar a otro país le iba a dar una buena factura después pero poco le importaba, pues en realidad se sentía un poco aburrido de estar solo.

-¿LuHan? –respondió una voz somnolienta del otro lado, el mencionado sonrió, feliz de escuchar la voz de alguien conocido.

-¡Yixing! –chilló emocionado, no se había dado cuenta de cuánto lo echaba de menos. -¡Hola!

Aun con la sonrisa bien marcada en sus labios, escuchó el bufido de su amigo y después unas cuantas palabras que no logró entender.

-LuHan... ¿Cuántas veces te he dicho que recuerdes los cambios de horarios en cada país?

The Ship {HunHan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora