Bajo un aspecto amable y bondadoso se escondía una asesina capaz de eliminar a cualquiera que la dañó en el pasado y si era un impedimento para lo que ella desease.
¿Quién lo diría? Effy Stonem se puede considerar en toda regla una viuda negra que consiguió evadir a la justicia de una manera clandestina.
Nunca tuve nada pero ahora, estoy dispuesta a conseguirlo todo.
Existen diferentes tipos de veneno sólo debes saber cuál utilizar o saber qué clase de veneno eres. Aprender es fácil. La única clave es la astucia.
Toxina botulínica. Tu sistema nervioso falla y mueres entre dolores extremos.
Ricina. Extraído de la modesta higuera del diablo la ricina causa fallos respiratorios y en otros órganos, seguido de la muerte en cuestión de horas. Solo masticar unas pocas semillas podría matarte.
Ántrax. Comienza como una gripe que no mejora y luego tu sistema respiratorio se colapsa.
El sarín. Uno de los gases nervioso más temibles, cientos de veces más tóxico que el cianuro. Solo con olerlo y te saldrá espuma por la boca, caerás en coma y morirás.
Cianuro. El cianuro existe en varias formas letales que se encuentran presentes en la naturaleza o se fabrican fácilmente. Su exposición conduce a ataques de apoplejía, paro cardíaco y muerte en cuestión de minutos.
Mercurio. Inhalar su vapor (el metal comienza a gasificarse a temperatura ambiente) ataca al cerebro y a los pulmones, anulando el sistema nervioso central.
Estricnina. Pesticida común, causa una de las muertes más horribles de todas: todos los músculos de tu cuerpo sufren espasmos violentos hasta que mueres por agotamiento.
Amatoxina. Derivada del mortífero sombrerillo de una familia de setas, la amatoxina destruye el hígado y riñones en cuestión de días. Permaneces consciente – sufriendo un insoportable dolor – hasta que caes en coma y expiras.
Compuesto 1080. Como todo veneno animal, el compuesto 1080 (o fluoroacetato de sodio) demuestra ser demasiado efectivo. Los cuerpos de las criaturas muertas a causa del 1080 permanecen tóxicos hasta casi un año. Inodoro, insípido, soluble en agua y sin antídoto, este compuesto bloquea el metabolismo celular, lo cual conduce a una rápida, aunque dolorosa, muerte.
Sé cómo manejar cada veneno incluso el arsénico y sé qué clase de veneno pueden llegar a ser las personas. Si me metieron conmigo alguna vez, tendrán que asumir las consecuencias.
«Todo en la vida se paga», mis queridos amigos.