1. La deidad se alía con la muerte.

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Hace mucho tiempo, escondido entre las demás galaxias y estrellas, se encontraba un sistema solar llamado Leben. Estaba formado por una estrella, a la que llamaban Licht; y cinco grandes planetas que rotaban alrededor de esta. Después de varios siglos de guerras entre los habitantes de estos mundos, se podía disfrutar de la paz y armonía en Leben.

En cada planeta vivían especies muy distintas. El planeta más cercano a la estrella Litch, era habitado por seres con el poder sobre el fuego, cuyas pieles no eran sino similares a los mantos de los volcanes. Aquel planeta era llamado Feuer.

A varios miles de kilómetros se encontraba el siguiente planeta, Eis. Su población era caracterizada por su resistencia a bajas temperaturas y el poder de controlar el hielo. El planeta por completo estaba cubierto de agua helada, la cual usaban para construir los edificios, mobiliario y objetos normales y corrientes.

El planeta más próximo a Eis, era diferente a los dos nombrados anteriormente, pues sus gentes estaban divididas en dos. A unos se les conocía como a los guardianes de la luz, quiénes poseían el poder de las estrellas y lo utilizaban para hacer el bien. Sus vecinos, sin embargo, eran dueños de las sombras y la oscuridad. Su objetivo era el de robar la felicidad y toda luz posible que habitara en las personas. A este planeta se le conocía como Gegner.

Al otro lado de la estrella Licht, estaban los otros dos planetas: Ohren, el país donde habitaban los elfos, y Holz. Este último planeta, hace décadas que fue arrasado y destruido por una deidad maligna. Un ser cambiante tan poderoso que puede con todo lo que se interponga en su camino. Nadie sabe su nombre ni de dónde procede, pues todos los seres que han tenido contacto con él, han sido eliminados. La historia de Leben comenzó en el palacio de esta criatura maligna.

Una noche, la deidad disfrutaba de una gran cena en su amplio salón, cuando una brisa helada abrió las puertas del palacio, pero no había nadie al otro lado que hubiera podido abrirlas. La criatura pensó en que sería una simple ventisca, pues a su parecer estaba solo en aquel mundo cubierto por un bosque marchito. Pero se equivocaba. Cuando se dirigía a sus aposentos para descansar de la velada, la muerte en persona se interpuso entre él y la puerta. Había llegado la hora de irse con ella.

La vieja criatura, no estaba dispuesta a dejar la vida para irse con la muerte, así que intentó huir y esquivarla con sus poderes durante años, pero la muerte, más vieja y más lista que la deidad, consiguió encontrarla.

La deidad seguía temiendo a la muerte y no quería irse con ella, por lo que pidió hacer un trueque con ella. Esta le dijo que solo le daría el regalo de la inmortalidad, si le daba a cambio miles de vidas para compensar todos los años que viviese la deidad, quien accedió al trato con un margen de un mes. En este plazo, si no había conseguido darle las vidas acordadas a la muerte, esta se la llevaría para siempre y no podría resistirse. Pero nuestra criatura cambiante era muy arrogante y astuta, por lo que ya había ideado un plan para conseguir tantas muertes en menos de un mes. Y este plan, no era otra cosa que provocar una nueva guerra entre los mundos que le rodeaban, solo así conseguiría su cometido y con ello la inmortalidad, así que comenzó por dirigirse a Feuer, con la intención de robar la corona de su gran Rey.

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2016 ⏰

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