Mi títere...

Ah...

En  este fanfic, habrán palabras mal sonantes y lemmon descriptivo.

¡A leer!

Estoy harto de que me gobiernen... De que se crean mejores que yo, cuando yo soy superior a ellos.

Ese erizo verde me subestima, pero cuando gobierne este mundo, el será un esclavo más...

Fiona me dice que soy un niñato, y ya puestos, ella es una puta.

Rossy dice que soy un creído. Y ella una idiota. Se piensa que por que conoció antes a Scourge, se merece más respeto que yo.

Hump, que le zurzan.

Alice se pasa de lista diciendo que solo soy un crío con aires de superioridad. Y ella es una zorra pija que se cree mejor que nadie.

A todos les daré un escarmiento. Pero, primero se lo daré a ese zorro pesado.

Entro en la sala de torturas con látigo en mano.

Miro a ese zorro con una sonrisa triunfante.

<<¿Hasta cuando me tendrás aquí?>>

Preguntó con una voz temblorosa. Tenía miedo.

Me acerco con lentitud, esto le pone nervioso.

Me fijo en sus agarres; cadenas bien apretadas.

Sonrío de forma malvada.

<<Hasta que yo quiera.>>

Doy vueltas a su alrededor para tensarlo.

Dejo el látigo en una mesita y cojo la fusta.

Me pongo delante de ese zorro sosteniendo la fusta con fuerza.

Él mira al suelo cerrando los ojos con pánico.

Es el primer golpe. Decido darlo en la espalda del creído.

<<¡AHH!>>

Dejó caer un par de lágrimas del dolor.

Lo miro con desprecio pero sonriendo al mismo tiempo.

<<Esto es lo único que mereces, niñato malcriado, ¿Quién es el "listo que no le hace falta pelear para conseguir lo que quiere" ahora? ¿huh?>>

Le azoto con la fusta otra vez. En esta ocación sangra. Decido largarme a mi cuarto. Tenía sueño.

Al día siguiente vuelvo a aquella sala.

Según entro, él sonríe.

¿Es idiota o qué?

Me acerco a la mesa y vuelvo a coger la fusta.

Camino a su alrededor azotando sus colas. Sabía que eran sensibles.

El simplemente se mantiene firme. ¿Acaso piensa que lo dejaré ir?

<<Odio lo confiado que eres...y que aunque seamos iguales, puedas derrotarme...>>

<<Así que... es eso, me tienes envidia...>>

<<¡Calla!>>

Lo vuelvo a azotar, solo que en la cara. Cómo si fuera un bofetón.

<<No te he dado permiso para hablar.>>

Lo azoto de nuevo un par de veces en la cara, a modo de desquite.

Llevaba un día de mierda, porque al gracioso del moco se le ocurrió gastarme una broma, y necesitaba golpear algo.

Y con un par de azotes no basta.

Empieza a salir sangre de su boca. No era de extrañar.

<<No tengo por qué sentir envidia cuando ambos sabemos que soy mejor que tú.>>

Él mira al suelo.

Con la bota, hago que me mire para azotarle de nuevo.

<<¿Por qué no lloras? Quiero verte llorar del dolor.>>

Lo vuelvo a azotar pero con más fuerza.

El solo sonríe de forma sincera

<<¿¡Pero que coño te pasa!?>>

Llevaba 5 días ahí. No le doy ni comida, y ahora lo golpeo... ¿Acaso es masoquista?

Le pego un puñetazo muy fuerte, hasta yo me hago daño.

Sigue sin llorar.

Sigue sonriendo.

Sigue tranquilo.

<<Me encanta verte fracasar en la tarea de hacerme llorar. Hace mucho que no lloro y no voy a llorar ahora.>>

Eso me cabrea.

Le golpeo con fuerza y lo pateo hasta que me quedo sin fuerzas.

Sigue igual...

<<Pareces cansado...>>

Aunque no paraba de sangrar, seguía igual. El muy cabronazo.

<<Déjame ayudarte a relajarte.>>

<<¡¡¡¡¡¡!!!!!!!>>

No creo lo que está haciendo. Me... Me la está...

<<¡Ahh! ¡Ahh!>>

Sentía chispas recorrer mi espalda con los movimientos de ese zorro creído. Mierda, se siente jodidamente genial.

Lamió mi apéndice de base hasta punta con lentitud para luego meterse toda la erección en su boca.

¡Joder...! Estoy muy débil así...

Con las manos se ayuda en la tarea de darme placer, o al menos, lo intenta dado a que las cadenas no le ayudan mucho.

<<¡A-ahh...!>>

Solo puedo temblar.

Paso de aguantar y me vengo en su boca.

Una vez recobro las fuerzas, me largo de esa sala corriendo.

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¡Bye! *Kisu*