Ella me dijo que debería odiarte, simplemente no dije nada. Sólo pensaba en cuales eran las razones para hacerlo. No pude encontrar una. Entendí que fue culpa de mi inocencia, ella puso todos estos estereotipos imposibles en un simple ser, que como todos trata de sobrevivir a esta salvajada de mundo que habitamos. Me decía con tonos de desdén que tenías a alguien cuando estábamos enamorados. Que tenía que odiarte por verme la cara. Y no soy capaz de referirme a ella como otra, porque yo lo era. Yo era la que tenías que esconder, yo era tu amor bandido. Y no siento odio o desprecio hacia ella. No puedo. La envidio. Solia envidiar a a cualquiera que pudo hacer lo que yo quise y no hice porque fui terca y orgullosa. Sigo haciéndolo y no me avergüenzo de ello.
Quisiera volver a esos días y fundime en aliento, sentir que el mundo de devanese en tus besos, sentir que los dias no pasan mientras me miras. Pero supongo que esto es lo que me condena, no tener las agallas para hacerlo.
He gastado horas, sentada en mi sillon, donde saboree tus labios por ultima vez, puedo recordarlo perfectamente. No he podido olvidar, nuestras palpitaciones como una,eran tan fuertes que, estoy casi segura que cualquiera en la habitación podría escucharnos. Tu respiración fuerte y tranquila hacia que la mia fuera casi imposible. Podría odiarte, pero no quiero hacerlo. Aunque tal vez ya me hallas olvidado, yo elegí superarte sin dejar el inmenso sentimiento de cariño que siento por ti.