Un Diario. Una Vida.

Capitulo 3

Eleanor y yo habíamos pasado casi todo el verano haciendo cosas, que se podría decir, de nuestro estilo de cosas raras: decorando las paredes de nuestras habitaciones con frases, fotos, envolturas de caramelos y  fotos de famosos. También, una de nuestras muchas sesiones de fotos con la cámara de mi hermano Peter. Al igual que nos la pasamos robando besos a cada chico que veíamos en el Parque Westerns. 

Se podría decir que ese era mas o menos un resumen de aquel verano, hasta su llegada. Era sábado. Otro día mas de vacaciones, otro día mas aburrimiento; eso pensé en aquel momento. 

Eleanor había llegado a mi casa como de costumbre, pero lo extraño de aquella tarde es que estaba emocionada. Ya se que se preguntaran porque el estar emocionado era extraño para mi? la razón es que Eleanor no era del estilo de que se emocionaban por cualquier cosa, como yo, cuando ella se emocionaba era porque algo realmente bueno había sucedido o estaba sucediendo.

Me dijo que teníamos que irnos ya porque había una fiesta en la playa Venice, le pregunte de quien y no respondió, solamente dijo que me cambiara y nos fuéramos ya. Y eso hice. Para cuando llegamos ya habían borrachos haciendo espectáculos por doquier porque no aguantaban la bebida. La música estaba a todo volumen y los cuerpos bailando al ritmo de la música. El primero en recibirnos fue Adam.

Con dos vasos de cerveza nos saludo y nos introdujo a la fiesta, en donde estaban todos los de nuestra clase exceptuando a uno. Era el nuevo de la clase, dijo Adam cuando pose mi vista hacia donde estaba y por lo visto no era la única que lo miraba. Cuando vi que Eleanor también había posado su vista hacia el, supe que estábamos jodidas. No solo por haberlo visto sino que también por lo que había sucedido después, y aun lo recordaba muy bien.

"¿Como se llama?-pregunto Eleanor. La muy hija de su mama no le había quitado el ojo de encima y creo que el ya se había dado cuenta."

Okey.. Esto ya se esta poniendo bueno. Veo la hora y son casi las 12. Sigamos. 

"Por lo que mis fuentes dicen, se llama Alex White y viene de Chicago, déjenme decirles que no son las únicas que le tienen la vista gorda" Sabíamos a que se refería el; cada vez que llegaba un chico o chica nuevo a la escuela aprecian como la especie de buitres de la secundaria G. Warren 

"Esta viniendo hacia acá, Lydia"-dijo Eleanor. No se porque, pero me acuerdo que en ese momento sentía como si toda la piel se me hubiera puesta de gallina y sentía como si fuera a hacer algo estúpido. No se si eran las hormonas, o eso es lo que siempre dice mama, o era el hecho de que un chico como el se acercara a Eleanor y a mi.

Lo que no sabíamos en ese momento, era que Alexander White no arruinaría nuestra amistad, nuestra cordura y también nuestra tranquila estadía en la escuela. Creo que en ese momento hubiera sido perfecto que en su camisa hubiera dicho algo así como "Precaución: causa problemas" hubiera sido de mucha ayuda.

Para cualquier persona que este leyendo este mugroso diario, puedo decirle que no me gustaron mucho las acciones que cometí ni las que cometió Eleanor. Y, menos me gusto la forma en la que todo termino. Pero volviendo a la que contaba o, mejor dicho, escribía; Alex se acerco hacia nosotras y se presento, pregunto nuestros nombre, le dijimos y así fue fluyendo todo. Alex era como el tipo de chico que con tan solo escucharlo te mojaba las bragas, literal. Su voz era gruesa y hermosa como la de los narradores de películas o documentales que veías en la tele. 

Hablamos, hablamos, bebimos, nos tomamos shots, reímos, seguimos bailando.. Una horas después, Eleanor se tuvo que ir porque sus padres iban a llegar del vieja y era mejor de que ella estuviera ahí antes que ellos. Quedamos Alex y yo, nuestra charla se volvió mas profunda, con temas como familia, amigos, escuela..

Cuando llego el turno de "relaciones", hizo la típica pregunta: "y... ¿Tienes novio?", y la cosa se torno diferente a como había sido cuando Eleanor estaba  y de alguna manera después de haberle dicho que no tenia novio terminamos besándonos. Y me encanto, aunque eso no se lo dije a Eleanor ni llegue a decírselo después cuando empezó la escuela.

....

 Maldito despertador. Maldita alarma. Me volteo y veo que eran las 4:30 a.m, agarro mi celular y veo que es sábado, y la ultima maldición va para Cece. Maldita sea Cece. Siempre hacia lo mismo pero creo que ya es hora de atacar de vuelta. Me levanto del cama y veo que esta en el piso el diario de Lydia y lo dejo en la mesa de noche, veo que de el se cayo algo y era una foto que tenia un escrito.

Lo lamento y te extraño, Perra. Att: Eleanor