A2plus: Historias Olvidadas

La Batalla por Panamá I

A2plus: Historias Olvidadas.

Este relato pertenece a un momento concreto de la Guerra del Ultimátum a A2plus. No va a ser una historia nueva ni nada por el estilo. Es solo un escrito que narra un acontecimiento anterior a A2plus: Esencia Evanescente. Lo tenía por ahi escrito y quería mostrarlo a mis lectores para que se hicieran una idea de como fue luchar contra A2plus en la Guerra del Ultimatum y el tipo de tecnología que debió tener.

La musica que pongo en la sección multimedia es la que me gusta para acompañar este relato.

Un saludo y no olviden comentar, que para algo lo pongo...

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La Batalla por Panamá.

Una horda gigantesca de vehículos blindados anfibios se lanzó a tratar de atravesar el canal de Panamá. Durante dos días habían estado bombardeando masivamente las posiciones al otro lado. Había llegado la hora de la verdad. El momento de herir a A2plus y a Estados Unidos en su propio corazón, no tenían ni idea del horror que les esperaba.

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Las balas silbaban por todas partes y las constantes explosiones arrancaban violentamente pedazos de los edificios cercanos. Entre furiosas cortinas de humo, fuego y cascotes ardientes, Paul se protegía como mejor podía tras una columna de hormigón mientras cambiaba rápidamente de cargador. Sus compañeros y leales amigos, intercambiaban fuego con el enemigo, en una lluvia horizontal de plomo, tungsteno, plasma y láseres. Paul llamó a sus hombres.

-          ¡Paterson, Gibbs, Johnson! ¡Moved el culo y seguidme!

El sargento Paul Brandon de la 73 brigada aerotransportada de paracaidistas, echó a correr con su fusil de asalto en las manos. Varias balas estuvieron a centímetros de alcanzarle y hacerle explotar en pedazos.  Sus hombres, ensangrentados y muertos de miedo, le siguieron corriendo lo más agachados que podían. El sargento se introdujo en un edificio semiderruido y buscó unas escaleras por las que poder subir al segundo piso. De lo que debió haber sido una tienda de comestibles, ya solo quedaban escombros, pero las escaleras aún existían. Subió los peldaños cubiertos de polvo de cemento de dos en dos, corriendo, sin prestar ninguna atención al par de cadáveres que yacían destrozados  debajo de lo que una vez debió ser parte de la techumbre de la segunda planta.  Sus hombres también se mostraron impasibles ante los fallecidos, aquello era algo que ya no impresionaba a nadie. Ascendieron a la segunda planta y buscaron las ventanas para poder otear al enemigo desde ellas. Paterson se apresuró a instalar la ametralladora ligera que portaba en una de las ventanas. Los demás le imitaron de inmediato con sus respectivas armas.

En la lejanía podían ver claramente al enemigo. La mayoría eran tropas terrestres como ellos. Fuerzas no regulares. Milicia, partisanos y grupos guerrilleros sin demasiado entrenamiento militar, arrastrados a participar en aquella terrible guerra por culpa de la megalomanía de A2plus. Se ocultaban tras barricadas construidas con las ruinas de la ciudad salvajemente bombardeada por las fuerzas aéreas europeas y rusas.  Paul no tenía dudas de que algunos defensores no debían ser más que simples civiles reconvertidos en soldados por la dictadura de la multinacional norteamericana. Tan solo unos pocos debían ser verdaderos soldados profesionales. Eso, en principio, les daba una clara ventaja.

-          ¡Allí! ¡Fuego a discreción! – gritó Paul al ver que cinco personas vestidas de civil trataban de cruzar una calle para llevar munición al enemigo.

Decenas de proyectiles rociaron su camino y el pequeño grupo de abastecimiento cayó abatido, tiroteado hasta la muerte. Uno de ellos, un chico de doce años, comenzó a arrastrarse agonizando para llegar hasta el cuerpo de su madre. No lo consiguió. Gibbs, con su rifle de precisión le reventó la cabeza de un certero disparo.