Profesor.

67 3 0
                                    

La alarma sonó, y el profesor Jason Miller no tuvo más remedio que levantarse de su cama. Trabajaba como profesor en la escuela  Mountain Brook en Alabama. 

De camino a la escuela se encontró con varios estudiantes, pero solo uno de ellos llamó su atención. Es pequeño, sus ojos azules y grandes, cabello alborotado y una cara suave y delicada. Justo como a él le gusta.

Es un profesor nuevo por lo que aún no conoce a los alumnos con los que debe convivir estos meses de año escolar.

Cuando el profesor ya se encontraba en la sala de último año y tras presentarse a los alumnos la puerta se abrió lentamente y por la puerta se asomó un pequeño niño de cabellos alborotados. Era él.

- L-lo siento profesor- tartamudeó el niño avergonzado- No encontraba la sala- el profesor no se sorprendió mucho, el muchacho parecía nuevo, por lo que imaginó que el pequeño aún no conocía bien las salas.

- No te preocupes, pero que no se repita, por favor. Yo soy el profesor Jason, profesor de biología.

- Yo soy Ian- habló el menor tímido y cabizbajo. 

- Ya puedes pasar. Necesito que te quedes aquí después de clases para darte algunos datos- mentira.

Mientras Ian tomaba asiento se quedó pensando en lo guapo y sexy que es el profesor. Ciertamente Ian no es igual a los otros hombres. Él es totalmente gay. Aunque solo su amiga de infancia lo sabe.

Ian no puede concentrarse en la clase. Su profesor es joven, bello, notoriamente más alto que él, de una contextura más bien delgada, con un brillante y hermoso cabello lacio de color negro. Este era su última clase del día.

Cuando el timbre sonó todos se levantaron apresurados de sus asientos ansiosos por salir de una vez. Ian se quedó sentado en su asiento mirando la mesa hasta que la sala quedó desierta. 

El profesor mientras tanto miraba al muchacho mientras débilmente se despedía de los últimos alumnos que quedaban en la sala. 

En su cuerpo bombeaba el deseo. En su mente solo podía ver a aquel chico rogando por más sobre su escritorio con su cabello alborotado pegado en su frente. No se dio cuenta cuando en su pantalón comenzó a formarse un gran bulto, era demasiado visible, y cuando el pequeño se acercó a su profesor no puedo evitar clavar su mirada en su entre pierna, imaginándose cosas similares a la de su profesor. 

Jason siguió la mirada del pequeño y se dio cuenta por fin de su "pequeño" problema.

- Ah... Ian, lo siento- la cara del profesor estaba de un notable color rojo. En los ojos del muchacho se notaba el deseo.

- No se preocupe, a todos nos pasa. Pero me atrevería a pensar en que no estoy aquí por un par de datos- Ian comenzó a caminar de forma seductora hasta el profesor sintiendo su propio bulto vibrar. 

El profesor se ponía cada vez más nervioso al quedar en evidencia. Ian llegó a su gran bulto y comenzó a frotarlo sobre el pantalón del mayor. Los jadeos no tardaron en llenar la sala, y el calor cada vez se hacía mayor. Ian llevó la mano de su profesor a su pequeño pero erecto bulto y le pidió gentilmente con la mirada que lo ayudara él también. 

La ropa no hacía más que estorbar y sin darse cuenta desapareció de sus cuerpos. El profesor seguía en su silla esperando que el menor tomara la iniciativa. Ian al darse cuanta de esto se subió sobre las piernas de Jason y comenzó a frotar sus dos miembros juntos. De Jason se escapaban pequeños jadeos y de los labios finos y afeminados de Ian se escapaban sonoros gemidos, similares a los de una mujer. 

Cuando el menor se vino y se quedó sin fuerzas el profesor lo levantó y lo pegó contra el escritorio.

- Lamento si esto duele, pero no creo ser capaz de aguantar.

Ian sintió como su estrecha entrada era forzada por el gran miembro de su profesor, que al parecer era inexperto en lo que esta clase de relaciones se refería. 

- Espera, primero hay que dilatarlo- dijo apresurado levantándose  de la mesa y acercándose a su bolso. Extrajo un pequeño frasco de lubricante-. Hay que estar preparado- dijo excusándose.

Volvió su cuerpo al escritorio y le dijo a su profesor que debía hacer. 

Cuando todo estuvo listo el profesor se hundió en la dilatada entrada del menor. Este soltó un alarido de dolor y placer. El profesor logró encontrar el punto del menor, quien gimió más fuerte al sentirlo. Jason se frotaba contra ese pequeño lugar sintiendo su miembro palpitar. Ian al darse cuenta de que el profesor llegaba a su final apretó su entrada y comenzó a moverse al ritmo de las embestidas. 

Jason soltó un gemido desde el fondo de su ser y ambos se vinieron al mismo tiempo. 

- Espero que no este cansado profesor porque aún queda mucha tarde por delante.

Dicho esto Ian se incorporó sobre si mismo y pegó su pecho contra la pared exhibiendo su trasero redondo y blanco. 

El miembro del profesor pronto volvió a crecer, y comenzó a palpitar dolorosamente. 

Jason recogió del suelo la corbata que traía puesta el alumno y atrajo las manos de este. Las ató no con demasiada fuerza, pero lo suficiente para que pareciera atractivo. Tomó a Ian en sus brazos y lo pegó en un estante forzándose a entrar en él. Ian soltó un grito de placer.

-Shh, no queremos ser descubiertos.  

El profesor miraba fascinado la cara del menor retociéndose de placer. Una de sus manos agarraban fuertemente un muslo del menor, mientras que la otra sujetaba las manos de Ian sobre su cabeza. Se vinieron nuevamente, pero esta vez con mayor intensidad.

- Es mi turno.

Ian sonrió de lado. El profesor no entendió.

El menor comenzó a desatar el nudo de su corbata mientras miraba al profesor deseoso de una ronda más. 

Ian empujó a su profesor sobre su silla y lo amarró fuerte. Jason se vio inmovilizado, sorprendido por el fuerte nudo del menor.

El menor comenzó a ponerse la camisa, y por un segundo creyó que Ian lo delataría. Claramente no fue así. Ian se ató un par de botones, pero el gran miembro de su profesor le nubló la mente. Se arrodilló frente a él deseoso nuevamente. El miembro de Jason se perdió en la boca de Ian, quien movía su lengua y hacía chocar la punta del miembro en su paladar y luego en su garganta. Jason se retorcía en su silla, intentaba soltarse, los movimientos de Ian eran dolorosamente lentos. Jason pedía casi a gritos más rapidez. Al menor le gusta jugar. Cuando el profesor llegó a su fin manchó la camisa del menor, haciendo visible sus rosados y endurecidos pezones. 

Ian se sentó en la piernas del profesor y susurró un débil: ¿cansado?.

El profesor se vio obligado a negar. En sus venas aún corría el deseo. 

Ian hundió el miembro de Jason en su húmeda y dilatada entrada, sintiendo nuevamente una ola de placer. Luego de unos minutos sus movimientos se volvieron acelerados y no tardaron mucho en correrse de nuevo.

- Creo que será un buen año- dijo el profesor al salir por la puerta principal.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 30, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Yaoi hardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora