Encadenado Al Espejo (Yaoi)

13

Narra Alexander.

"Lunes" pensé

Me levante de mi cama con pereza no quería ir a la escuela después de lo que paso con Fer.

Me sentía horrible por dentro casi parecía que era un zombie.

Me prepare para ir al instituto pues no quería llegar tarde después de todo.

Al llegar me tope con mis otros amigos que me vieron fatal.

-¿Que tienes Alexander?- me dijeron

-Nada- los ignore y seguí caminando.

No es justo, las cosas malas siempre me pasan a mi, no soy mala persona pero me gustaría ver sufrir a Taylor por que por él Fer no quiere estar conmigo.

Aburrido en las clases empeze a leer mi libro favorito que traje de mi casa

"Él principito"

Siempre me pone de buenas ese libro.

En clase llego una señora y nos dijo que harían una fiesta para los recién llegados que estaba retrasa y que podíamos participar ayudando a la propuesta de una compañera.

Nadie quiso y vi a Fer y Taylor estando indecisos pero nada, y me pareció interesante así que acepte.

Me veria con la tal chica terminando las clases en el arbol de la esquina de la escuela.

No se por que pero sentia una felicidad mezclada con curiosidad.

Estando donde debíamos vernos encontré a una chica de cabello rosa (obiamente pintado) con un pastel blanco y una sonrisa de felicidad que nunca a vía visto en alguien más.

Y luego la reconocí, ¿no es la amiga de Taylor?.

-Hola- dije sin pensar

-Hola, soy Tifani, valla así que eres tu él único que quiso venir. Te lo agradezco- dijo extendiendo sus manos para entregarme él pastel

-¿Por que?

-Pues no quería hacer esto sola por que seria mucho trabajo y me alegra que estés aquí para ayudarme. El pastel es una muestra de agradecientoooo....- fue lo ultimo que dijo antes de resbalarse y tirarme él pastel en la cara.

-¡Ay dios! ¡lo lamento! ¡permiteme ayudarte!

-No tranquila...solo ya dejalo- dije con indiferencia aunque me pareció divertido.Cuando ni ella ni yo logramos soportar las carcajadas y nos reímos como locos.

-Jajaja Eres muy divertido Alexander- y seguido me limpio la cara. Tenia unas manos tan suaves.

Luego salimos a una cafetería, saque mi libro del Principito y ella exclamo:

-¡Yo también he leído ese libro, me encanta

-¿Enserio?

-¡Si por supuesto que si!

-Ja eso es genial

harlamos de todo y me llego un sentimiento de cariño que no había experimentado en mujeres deseaba besarla. Planeamos todo lo que nesecitariamos y él presupuesto y terminamos rápido.

Ella era tan divertida y sabia pero su pasado era triste me sorprende como puede ser tan feliz. Es inexplicable lo que paso ese día, teníamos tantas cosas en común.

-Bueno ya es hora de irnos- dijo.

Pagamos la cuenta.

Fuimos a su casa y al llegar aparecio un niño pequeño de unos 12 o 13 años y nos miro de de reojo unos momentos y empujo a Tifani hacia a mi provocando que inevitablemente nos besáramos.