No llegué a subir la escalera del todo, sólo lo suficiente para que James se fuera. Necesitaba asimilar lo que había hecho y por qué. ¡Le había besado! ¿Eso se considera poner lo cuernos? ¿Debería decírselo a Jake? ¿Y si me deja? ¿Y si no se lo digo y va James y se lo dice?... Miles de preguntan azotaban mi mente, así que decidí sentarme en un escalón. La pregunta más importante era: ¿por qué me había gustado? No sé cuanto tiempo estuve pensando, pero cada vez que recordaba el beso mi estómago se ponía nervioso y era incapaz de pensar con exactitud.
Volví a la habitación, mañana tendría partido y debía descansar, si las preguntas eran capaces de parar.
Al día siguiente, un rayo de luz se coló por la ventana de nuestra habitación, dándome en la cara y haciéndome protestar, estaba muy cansada.
Me levanté de la cama y me puse la equipación de Quiddich. Alice y Mara se vistieron rápidamente para acompañarme a desayunar. Mientras bajamos les conté lo que pasó anoche, obviamente sin contar nada del beso que todavía hacía picar mis labios.
— ¿Le dijiste lo de la oportunidad por pena, porque te crees que el bueno de Jake le tendiera una trampa o porque realmente has escogido mal?— preguntó Alice.
— No...— empecé a decir, pero yo misma me interrumpí.— Me dio pena.— dije finalmente, aunque realmente la pregunta me hacía pensar, debía contárselo todo a Jake antes del partido, no podía jugar sin decírselo o no metería nada.
Nada más llegar al comedor, lo busqué, llevaba una banderita de Gryffindor y al verme la agitó en modo de apoyo, eso me hizo sonreír y me acerqué a él. Le di los buenos días acompañado de un beso sin importarme las miradas.
— ¿Podemos ir a hablar fuera un momento?— le pregunté y el asintió mientras se levantaba de su sitio.
Ya en el patio y lejos de miradas indiscretas que quieren saberlo todo, le conté todo con detalle lo de anoche, y sí, incluí el beso aunque descarté la idea de contarle mis sentimientos acerca de ese beso.
— Lo siento mucho Jake, comprendo que no qu...— estaba acabando de decir cuando él puso un dedo en mis labios haciéndome callar.
— No pasa nada.— dijo y me abrazó.— Solo te dio pena, siempre hemos sido amigos, te entiendo. No te pienso dejar por ello, has sido una persona muy valiente al decírmelo a pesar del riego que corrías, y eso es otra cosa que me gusta de ti.— dijo y me dio un beso cortito, pero no sentí lo mismo que con el beso de James. ¿Era eso un problema?
— Te quiero, Jake.— le dije abrazándole.
— Menos que yo seguro que sí.— dijo y me besó, esta vez más lento y con más precisión.— Ahora vas a ganar esto, porque eres la mejor.— me dijo separándose de mí y regalándome esa preciosa sonrisa que tiene.
Fui a desayunar y él volvió a su mesa y como yo le seguía mirando movió su bandera para mi.
— ¿Qué te ha dicho?— preguntó Mara preocupada.
— Que lo entiende y que sería una estupidez dejarme por eso.— dije feliz y comencé a servirme unas tostadas y un zumo de calabaza.
— Menos mal.— dijo ella en un suspiro.
— Yo sigo pensando que es porque...— empezó a decir Alice pero Mara le fulminó con la mirada.
—¿Porque qué, Alice? Déjala acabar Mara.— dije yo.
— Porque James y tú estáis destinados a estar juntos, siempre lo habéis estado.
— Nada, me lo escribiré en la cabeza algún día.
ESTÁS LEYENDO
Eh, Potter!
FanfictionSam Sanders es la única hija de una exjugadora de las Arpías de Holyhead, cuando va a Hogwarts coincide con James Sirius, el hijo de una amiga-compañera de equipo de su madre. Ella, al ser la única chica de la familia, porque tiene cinco hermanos...