17 de Julio - 2016
Supongo que cada uno de nosotros tenemos un camino trazado, una línea que seguir, unas rieles que recorrer, unas palabras que decir, unos sentimientos que expresar, un montón de acciones que terminan en "ar, er, ir" y más, no sé como pero una parte de nosotros se queda estática al momento de despedirnos, de llorar, de reír de felicidad, de golpearnos el dedo del pie en la esquina de la cama, al ponernos nerviosos al extrañar, al expresar nuestras emociones, suena ilógico buscar un objetivo claro, una idea de que hacer, que decir, y así sé convierte en un pensamiento agobiante lamentablemente pasamos el 70% de nuestra vida juzgandonos, pensando en que hicimos mal para no tener claro que necesitamos, existen momentos en los que pensamos que entre todas las luces claras, obscuras, nítidas que tiene nuestra vida, una mirada nos hace soportar la frialdad de la soledad, de la angustia, de la preocupación, de los factores sociales que hacen daño, a esto le llamo Mar de luces un pequeño pensamiento que trata de explicar que lo único que es importante es mantener una estabilidad mental, una paz interior, un café, y un dulce abrazo que no nos ofrezca explicaciones de nuestro objetivo, pero si de hacernos sentir seguros cuesta arriba en toda esta laguna de confusiones.