Dolor Profundo

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ROTA.

Ella se sentía vacía, derrotada, rota. Día tras día llorando, sufriendo y siéndose destrozada, por cada palabra hiriente, por cada nuevo grito que recibía, por cada golpe que le daban, y ahí estaba, siempre constante, ayudando a los demás, con una sonrisa plasmada en su rostro, aunque por dentro sentía que su corazón, su alma y su ser eran estrujados de una cruel manera.

Ella era hermosa, llena de amor para dar a todos, tierna, delicada y suave como una bella flor, pero cada vez más la estaban haciendo marchitar.

Siempre le decía ser su mundo, su razón de ser, su amor, pero, su mundo, su razón de ser y su amor, era la persona que la estaba destruyendo cada día más y más, siempre con su manera hostil de ser.

El tiempo pasaba y con ello, el daño era cada vez mayor, llego a probar drogas, con el fin de poder olvidar sus problemas por un momento.

Un día, después de tanto daño, soledad, amargura y vacío, decidió acabar con su inmenso sufrimiento. Ese día, luego de haber sido, golpeada y humillada, decidió no llorar más pues no valía la pena, el dolor, ni las lágrimas. Se encerró en su habitación, busco la solución en las drogas, cuando el efecto de la misma pasó, los problemas y el daño, seguian ahí .

Ella creía que estaba tomando la decisión más adecuada, quería dejar de sentir ese inmenso dolor.

Su dolor y sufrimiento, opaco su capacidad para razonar y tomar una decisión prudente, como última medida, quiso acabar con esos oscuros sentimientos, puso música a todo volumen, empezó a bailar y cantar, cuando se sintió un poco feliz, cogió una bolsa llena de esas pastillitas que le daban la felicidad momentánea, la vació en su boca y se las trago enteras. Lleno la bañera de su baño, le puso una esencia de rosas, tal como lo era ella, una hermosa rosa; cuando la bañera se llenó, cogió una cuchilla, hizo un corte profundo en sus muñecas, se introdujo en la bañera y a media que su sangre corría en el agua, así mismo corría su daño, su sufrimiento, su dolor... su vida.

Hasta que, no sintió nada. Ya no había dolor, angustias, males, daños, ya no había nada. Y por fin sintió la tan anhelada paz en la que deseaba regocijarse, una paz eterna.... Por fin una verdadera vida.

FIN...

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