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-¿Qué quiere este?-dijo Esther.

-Calla.

-Joder, no me dejas señalar, ni hablar-se cruzó de brazos.

Él chico de ojos esmeralda murmuraba cosas a los demás. ¿Quiénes serían? Y lo más importante, ¿qué querían?

-Sigue para adelante, no los mires-dije.

-¿Por qué?

-Me dan miedo.

-Por una vez que vemos tíos buenos...

-Cállate.

-Jooo.

Zayn.

-¿Esa no es la de la foto?-dije.

-No, no puede ser. Será alguien de su familia.

-O un clon suyo-dijo Louis.

Le pegué un codazo.

-¡Auch!

Las chicas seguían andando, a la vez que se acercaban a nosotros.

-¿Les digo algo?-susurró Harry.

-Diles lo que sea, pero antes de que se marchen.

_____.

-¡Eh!-exclamó el rizado.

-Este tío es gilipollas-dijo Esther.

Se acercó a nosotras. Yo le miré de arriba a bajo. Era sexy, sí. 

-T-tú eres...Esta chica-dijo enseñándome una foto, que efectivamente, era yo.

-Sí, ¿No lo ves?

-Pues...¡Chicos acercaos!-Les hizo un gesto para que vinieran.

-¿Qué queréis de mi?-pregunté-¿Y cómo es que tenéis esa foto mía?

-Es que...-dijo el rubio.

-¡La hemos encontrado en el suelo!-exclamó el moreno.

-¿En el suelo?

-Sí...¡Toma, es tuya!

Esther me miró extrañada. Cogí aquella foto.

-¿Algo más?-dije.

El moreno pegó un codazo al rubio.

-¿Queréis tomar algo con nosotros?

-Vale...-dijo Esther.

Nos ofrecieron montar en su lujoso coche, que estaba un poco lejos de dónde estábamos. Entramos en un Café y tomamos unos batidos. Insistieron en pagar ellos, así que no nos opusimos. 

Esther.

Nos llevaron a casa. Nos dieron su número de teléfono y nos despedimos. Una despedida normal, ósea, sin abrazos ni besos. A secas. 

-Son muy guapos, ¿verdad?-dije entrando en casa de _____.

-No.

-Hostias.

-¿Acabas de Qué pasa?

-No nos hemos presentado en todo el tiempo, ni ellos, tampoco. No sé ni cómo se llaman.

-Ya...Después le mandaré un mensaje.

-¿A quién, eh?-dije levántando las cejas.

-A nadie, a nadie.

-Oh, _____, sabes perfectamente a quién.

-El rubio no me gusta.

-¡Acabas de decir que no te gusta!

-¿Y qué?-rió

-Pues eso significa que sí, que te gusta.

-Déjate de bobadas, Esther.

-No sabías lo bien que te miraba el chico...

-Sí, claro...

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El equipo A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora