Puerta

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Alex miraba las páginas del libro como si estuvieran en blanco, el silencio del autobús medio vacío y el atardecer perfecto le arrullaban en ese momento de introspección, el frío en sus brazos le despertó del calmado trance en el que se había perdido por casi media hora, se cubrió con su chaqueta y recargó la cabeza en el vidrio cálido de la ventana cerrando los ojos.

Dormitó por alrededor de diez minutos hasta que instintivamente supo que llegaban a la estación, al bajar del autobús saludó a Erick que ya le esperaba de pie frente al vehículo con su cálida sonrisa de siempre, un breve abrazo de callada empatía les acogió y salieron de ahí hacia el estacionamiento.

Ya se respiraba la noche, el sedan plateado que Erick había rentado se encontraba mucho mas cálido y confortable que el autobús y casi al momento se quedo dormido, últimamente se sentía cansado por todo, intuía que no era sano, pero si muy agradable, su pesadez era genuina, aunque el psicólogo insistiera en que solo era una manifestación más clara de su depresión, algo, según él, natural al perder a la única familia que conoció, su hermana Claudia.

Ya habían pasado varios meses del funeral y trataba de no pensar en ello, los últimos años de su vida los paso lejos de él, vivía con algún novio o sola en su departamento, no podía recordarlo bien, lo único que sabia con certeza es que la habían encontrado muerta después de un ataque fulminante al corazón, Claudia no fumaba, no consumía drogas, no bebía muy seguido, era fanática del ejercicio y 100% vegetariana, asombró a todos los forenses, pero esa era la causa innegable de muerte.

Alex y Erick, eran para el otro lo mas cercano a una familia que tenían en el mundo, se llamaban primos lejanos, ambos sin parientes, se conocieron en la escuela, pasaron gran parte de su infancia y adolescencia juntos, ahora era tiempo de revivir algunos buenos momentos, por circunstancias trágicas ambos estaban solos y eso debía unirlos.

Erick insistió mucho en que pasaran las vacaciones de verano en un lugar relajante alejados del estrés de sus vidas, rentaron una casa en el bosque, en un parque nacional, ahí se dirigían. El camino de noche podía ser peligroso, pararon en un hotel de carretera a las afueras de la ciudad y partirían en la mañana.

A Erick tampoco le apetecía mucho hablar, esperaba que estas vacaciones le ayudaran a poner en orden sus ideas, había escogido esto en lugar de una tediosa rehabilitación, otra. Los problemas no se terminaban con sus adicciones, la inestabilidad emocional a la que estaba sometido todo el tiempo gracias a su cambiante trabajo había alejado a todas sus parejas en los últimos años y estaba honestamente harto.

Su mal humor era marca registrada, lo había perseguido desde niño, Alex lo conocía perfectamente, así que era ideal que descansaran juntos, uno no tenía problema con el mal carácter del otro y a Erick no le costaba trabajo sopesar la melancolía que envolvía a su amigo, también muy susceptible a las tragedias, solo esperaba que no terminaran suicidándose, pero estaba seguro de que seria muy reparador para ambos alejarse del bullicio de la vida real.

Cuando entraron en la habitación del hotel era el momento de conversar, los dos querían evitarlo por un tiempo más pero al final para eso estaban ahí, Erick inmediatamente encendió el televisor, decidió que si había que romper el hielo seria comentando alguna estupidez en la programación en lugar de iniciar como terapia y soltarse al llanto en los brazos del otro. Un show de talentos se llevaba a cabo y los concursantes no tenía idea de lo que hacían, a ambos les resultó muy cómico y casi al mismo tiempo comenzaron a reír y a relajarse, a los pocos minutos ya charlaban a costa de los desafortunados a cuadro.

Los anuncios comerciales interrumpieron la comedia y Erick tomo la batuta:

-¿Como ha estado todo?, ¿Cómo va la universidad?-

-Mejor, mejor que nunca de hecho- una semi sonrisa en el rostro de Alex solo indicaba cortesía.

-¡Ojala yo siguiera en la universidad!-Alex rió por un momento-Todo parecía más fácil entonces-

-A veces lo es, a veces solamente existes- El resto de la noche trataron de enfrascarse en conversaciones banales, comentarios de la TV, anécdotas propias y ajenas, actualizándose sobre sus vidas y sobre las de aquellos que conocían. Se respiraba mejor juntos, eso era definitivo, 

El sueño era el mismo, diferente lugar pero siempre se encontraba perdido, confundido entre personas que no notaban su presencia, hacia mucho frió o un calor insoportable, un joven al que nunca pudo verle el rostro le tomaba de la mano y lo llevaba rápidamente, buscando una salida pero siempre aparecía esa mujer, entre el bullicio de la gente, ella permanecía estática, a veces más cerca a veces más lejos pero nunca le había visto el rostro.

Esta vez el joven tomo su mano y no se movió, solo pronunció "No" Alex no entendía, nunca le había hablado antes y su voz era sorpresivamente calmante, ¿No, que?, pregunto al joven pero este solo volteo hacia la derecha, Alex le imitó y un par de potentes luces le deslumbraron, un claxon estridente comenzó a sonar y distinguió un camión acercarse a toda velocidad, el joven se había desvanecido y él no podía moverse, sus pies se encontraban anclados al suelo ,cuando el camión le arrollo pudo sentir la mayoría de sus huesos rompiéndose, el impacto del ardiente motor sobre su piel y la conmoción de haberse golpeado fuertemente la cabeza, cayó al suelo mientras el vehículo se desvanecía en la oscura carretera, Alex podía sentir su boca llena de sangre y el inmenso dolor de su cuerpo inmóvil, sabia que pronto entraría en shock, cerro los ojos y el dolor desapareció, estaba de nuevo sobre su cama en el motel, volteo a la izquierda y Erick se encontraba en la otra cama durmiendo profundamente, no despertó alarmado ni aliviado porque hubiera sido solo un sueño, estaba asustado, asombrado por haber podido sentir todo tan claramente. Trató de volver a dormir pero solo pudo hacerlo a ratos, se sentía observado, no por algo o alguien dentro de la habitación sino por una fuerza magnetica dentro de sus sueños, se sentía esperado y acosado.

Los sueños de Álex siempre fueron raros, se veia dormido o se encontraba en escenas que parecían salidas de una caricatura antigua, elefantes rosas y muebles que hablan; desde que Claudia murió sus sueños eran mas que alarmantes, no le permitían descansar, se sentía perdido y angustiado, aislado en parajes que Dalí habría imaginado, era incómodo.

El viaje continuó bastante tranquilo, un poco más de diez kilómetros adelante el paisaje de transformó y el bosque se volvió aún más denso, poco a poco se llenó de niebla, está era lo suficientemente espesa para no salirse del camino pero más allá de eso, estaban casi a ciegas. Fue una casualidad que Álex viera a tiempo la señal de desviación que les llevaría al diminuto pueblo al que se dirigían, un par de kilómetros adelante lo vieron, parecía vacío, no había nadie en las calles y parecía que ninguna construcción era más joven de cincuenta años, la casa a dónde se dirigían no era la excepción, tres kilómetros afuera del pueblo, siguiendo un camino rústico, llegaron hasta una descuidada entrada de piedra que atravesaron en el coche, metros adelante pararon y contemplaron desde dentro del vehículo la puerta de madera desgastada que se regia soberbia, como dándoles la bienvenida; parecía el comienzo de algo definitivo, era una sensación en el aire, los sonidos del exterior y la luz, algo esperaba, algo despertaba su deseo por entrar, por sentirse lejos y cerca del todo y de la nada.

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2018 ⏰

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