El mejor de los sueños (Jeonghan & tú) ONESHOT

~•El mėjør đe løš suêñøs•~

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Les invito a que escuchen la música mientras leen. Claro es solo una recomendación :)
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Narra Jeonghan:

Tomé mis llaves tan pronto salí del carro. Una casa grande pero acogedora estaba frente a mí.
Cerré la puerta del automóvil para subir las escaleras de la entrada rumbo a la puerta de mi hogar, al llegar a esta me puse a pensar en lo que lo amada esposa estaría haciendo en esos momentos, <<tal vez esté en la cocina>>.

Coloqué la llave en la cerradura para girarla, un click sonó y con la mano empuje la puerta para entrar y saludar:

—Estoy en casa.

Pero no escuché ninguna respuesta. Mi corazón se aceleró mientras miles de pensamientos surgían en mi cerebro y no precisamente buenos. Al quitarme los zapatos y ponerlos en la entrada así como las llaves en una pequeña mesa de luz pero aún con la mochila en el hombro decidí explorar silenciosamente -de puntitas en realidad-.

Miré alrededor y noté que todo estaba en orden y limpio, respire aliviado; nada faltaba a excepción de mi esposa...

Al seguir caminando por el pasillo llegue a la sala donde mi hermosa princesa estaba recostada sobre el sillón color crema. Cuidadosamente caminé hacia ella, dejando la mochila en el suelo; observándola mejor, noté que estaba dormida con sus brazos abrazando una almohada.

Me senté en el suelo para admirarla una vez más.

Sus labios ligeramente abiertos y rosados que siempre me tentaban a besarlos, sus pestañas tan largas y negras y mejillas chapeadas de una forma adorable; inconscientemente me mordí el labio inferior y sonreí; seguía viéndola hasta que ella se movió, soltó un gruñido y se volteó, dándome la espalda.

Solté una risa y decidí levarla a nuestra habitación. Pero primero, noté su outfit y no sé si fue una buena decisión o no porque comencé a sentir cosquillas en mi cuerpo y me sonroje al verla en shorts y una blusa blanca de manga larga y cuello en v. Respire hondo y profundo para calmarme, cuando estaba a punto de cargarla ella despertó.

Sus ojos brillaron al verme y me dio una perfecta sonrisa. Devolviendo el gesto, la levanté del asiento para rodearla con los brazos.

—Te extrañé tanto... — susurré en oído, aprisionándola más acerca y fuerte.

—También te extrañé — respondió (T/N) acurrucándose en mi pecho como si de un peluche se tratase.

Nos quedamos en esa posición por al menos unos cinco minutos. Unos reconfortantes cinco minutos.

Ella se separó para preguntarme —¿Quieres algo de comer o beber? —.

—Nada, estoy bien linda — me dejé caer sobre el sillón —se siente tan bien estar en casa —.

(T/N) se sentó a mi lado y tomó mi mano con cariño —¿Qué haremos durante estos días? Ahora que sé que tendrás otro tour la próxima semana — ella pausó un momento para ver mi anillo de matrimonio para luego ver el de ella —...¿Recuerdas el día que lloraste cuando mi padre me guío al altar?... —.