Érase una nublada mañana por la sabana de un pueblo aledaño a Londres, por la ventana no se podía ver nada más que tinieblas.
Me levanté de mi cama, me cepillé los dientes, me bañé y bajé a desayunar en bata.Me peiné mi cabello y bigote, me puse mi traje y mi sombrero de copa negros, tomé mi paraguas y salí de casa, tomé un carruaje con destino a la ciudad.
Ya en ella, tomé dirección hacia mi cafetería preferida, "Lucky Gentleman", en español sería "El caballero afortunado". Ya sé que es un poco cliché ese nombre, pero yo no soy el dueño del local.
El ambiente estaba calmado, aunque un poco apagado para ser Londres. Me sentía un poco tenso, aunque decidí no darle importancia.
Me senté en la mesa que estaba justo al lado de la ventana principal, el negocio quedaba en una esquina.
Me percaté de que junto a la puerta había una estantería con periódicos, así que me levanté de mi asiento y tomé uno.
Tomaron mi orden antes de que pudiera abrir el periódico, encargué un café y un croissant.
Ahora sí pude leer, era lo mismo de siempre, lo monótono, lo que uno espera encontrarse en un periódico.
Terminé mi tentempié, salí del establecimiento y fui hacia la casa de mi colega Adrian.
Me recibió muy alegre.-Tenga un muy buen día, mi estimado Simon. Es un gusto tener su presencia en mi humilde morada.
-Buenos días, Adrian. Por qué estás tan alegre?
-Eres detective, no?
-Si, de lo paranormal.
Dio un salto de felicidad.
-¡Nos cae de perlas!
-Ve al grano, no me dejes con la intriga.
-Te he conseguido un caso.
-En serio? ¡Excelente! Cuéntamelo todo con detalles.
-Me ha llegado un telegrama, de París. Era muy misterioso, ya que no especificaban mucho. Sabes qué? Te lo traeré. Siéntate en la sala que ya vengo. ¿Quieres té?
-No, gracias.
Fue al estudio. Abrió un cofre y de él sacó un papel de color amarillo. Obviamente era el telegrama.
Se devolvió hacia dónde estaba yo.
-¿La leo en voz alta, o prefieres hacerlo tú mentalmente?
-Dámela.
"Martes, 29 de abril de 1889.
Tenga un buen día. Permítame presentarme, soy Jean Paul de Pleur, y trabajo para el mantenimiento de la ilustre Torre Eiffel, y me tomo la molestia para escribir este telegrama porque me he percatado durante los 2 años que llevo aquí, que he sentido muchas presencias. La verdad no sé cómo explicarlo y si le digo a alguien de aquí me tomarían como un loco, así que usted es la persona más indicada a la que me puedo dirigir, señor Simon.
Le ruego me ofrezca sus servicios, ya que desde que está pasando esto mi día a día no es como antes. Le agradezco inmensamente su atención."Me preparé psicológicamente.
-Adrian, consíguete el próximo barco hacia Francia.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Hola, lectores míos!
Les agradezco que hayan llegado hasta aquí, voten y comenten para saber que esta serie les está gustando y continuarla. ¡Hasta la próxima!
ESTÁS LEYENDO
El misterio de la torre Eiffel.
RandomLa tierra guarda muy oscuros secretos. Cosas paranormales, has oído hablar de ellas? Normalmente pensarías que eso sólo pasa en lugares usuales, para nada bonitos. Lo que nunca te imaginarías es que tales espectros ocurrirían en un lugar tan concurr...