Todo es de un color rojizo oscuro a la distancia veo un pequeño resplandor así que caminé a hacia el pero nada sucede¡Despierta! ¡Despierta!
Esa vos es chica, no es la primera ves que la oigo
- ¡Despierta! ¡Despierta! ¡No quiero que tu también...!
Que pasó, todo se vuelve cada ves más rápido, las cosas a mi alrededor se rompen y mi corazón se acelera de tal modo que puedo oír mi pulso y la sangre que pasa por el siento cómo hierve. Todo se desmorona
- ¡¡No!!
E sufrido demasiado...
*
Personajes- ¡Mierda! Pero ese sueño otra ves -es la decimosexta ves tengo ese sueño sólo con pequeñas diferencias entre éstas- ¡Joder son las siete veinte! La escuela
Mi nombre es Marcus, Marcus Sebastián Bancoc. Calixto. Y apenas tengo diez años. Tengo un nombre algo extraño en mi opinión pero no puedo cambiarlo, al menos no por ahora pero no me gustaría hacer eso, mi nombre es el único recuerdo de mis padres, ellos fallecieron ya hace unos nueve años, más o menos cuándo tenía tres, murieron en accidente de tráfico, aún así no puedo cambiar el hecho de que ya no están aquí, los extraño mucho. Ahhh si sigo pensando en eso se me hará tarde. Salgo corriendo de mi habitación sin ver por donde camino y estoy a punto de salir justo en ese momento me detengo. En la entrada hay un reloj de manecillas las cuales marcan diez para las seis
- ¡¡Héctor!! -Miento mis padres me dejaron otro recuerdo. Héctor mi hermano mayor nos llevamos por 13 años y su prometida Victoria, vivo con ellos
El nombrado apareció desde la cocina
- Marcus ¿No crees que es muy temprano para ir a la escuela -dio una pequeña risa
- Eres un...-Héctor es mi tutor legal y también es el heredero de la empresa de mis padres la cual se dedica a la investigación sobre nuevas ideas para innovar y mejorar el futuro, pero a decir verdad, Héctor no es el mejor dirigiendo la empresa, de igual modo logra mantenerla a flote
- Ya, ya, mejor, desayuna y prepárate para ir a la escuela. Al menos arregla tu cabello. Parece un nido
- Pareces un niño pequeño -Victoria le dio un golpe en la cabeza a Héctor
- Ahhh pero que amargados son, no aguantan una bromita
- Hey Marcus ¿que día es hoy? -Victoria me observaba fijamente
- Es cierto Marcus, es un día que no deberías olvidar. Eso sería un crimen -Héctor miro con atención el calendario
- Claro que se que día es. Es día que nos conocimos. 17 de abril -es el mejor día de todo el año, junto su cumpleaños. Creo que de no haber pasado, no tendría una razón para vivir
Como todas las mañanas después del desayuno salgo a la escuela a pie cómo de costumbre para llegar a la escuela diez minutos antes de abran la puerta. En el camino a la distancia veo un bosque que se encuentra a las afueras de la ciudad, ese lugar me trae tantos recuerdos pues cerca de allí se encuentra el orfanato en el que crecí, ese lugar, es un lugar donde todo comenzó, el inicio de mi tortuosa niñez. Cuando murieron mis padres Héctor y yo terminamos allí, recuerdo que el se escapó al poco tiempo. Desde aquel entonces me quede sólo por mucho tiempo todos los residentes me golpeaban con varas de madera e insultaban sólo por ser diferente a ellos, podía soportarlo pero, estaba sólo, nadie con quien hablar con mis padres muertos, mí hermano desaparecido y mí hermana también muerta. Lo cual me hace preguntarme ¿que le habrá pasado a hermana Karen? Cierto, Karen murió mejor dicho, se suicidó antes de que yo la pudiera recordar algo sobre ella y no le puedo preguntar a Héctor sobre ella pues de inmediato cambia la conversación, de igual modo no tenía nada por suerte una niñita de mi edad en ese entonces (tres años) que visitaba el orfanato comenzó a hablar conmigo desde entonces somos amigos y hoy se cumple siete años desde que nos conocimos. Es un día bastante especial tanto para mi cómo para ella. Durante estos años sólo me sentía bien en con su compañía pero al irse ella comenzaban los problemas otra ves, la única razón por la que no escape fue por ella- ¡Marcus! Date prisa -oigo su voz- ¡Llegaremos tarde!
Vanessa
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(Vanessa)
Mi nombre es Vanessa Yusura Ross. Al despertar en la mañana veo a mí gatita Liz durmiendo junto a mi. Cómo de costumbre mis papás no están, salieron de viaje por el trabajo y no regresarán hasta dentro de dos días, no me interesa estar sola tengo a alguien conmigo. Marcus. Y cómo siempre iremos el parará por mi casa a recorrer me para ir al lugar más aburrido de la tierra, la escuela. Pero de cualquier modo, este es el mejor día, el aniversario de nuestra amistad, que tal ves sea una tontería, si pero no para nosotros es algo que vale la pena celebrar. Me preparo para ir a la escuela después del desayuno, y verificó que todo este bien antes de irme tomo el regalito que prepare para Marcus, por último cojo mis llaves y salgo de casa para esperarlo. Valla, no puedo creer que ya se han cumplido siete años desde que lo conocí, nunca creí que duraría tanto sin embargo, fue la mejor decisión que he tomado. Aún puedo recortar ese día con claridad
(Flashback)
Ese día mamá quiso visitar el orfanato en que ella creció, mí papá no estaba y ella no podía dejarme por lo que decidió llevarme con ella. Cuando llegamos todo era demasiado aburrido para mi así que me quede jugando en jardín que está detrás de los tres edificios que ocupa el orfanato. No tarde escuche una vos de un niño, quise curiosear en el lugar de donde venía la vos y fue entonces que lo vi. A ese niño de cabello largo de color negro que veía una fila de hormigas
- O-oye ¿Quien eres? -me puse algo nerviosa en ese momento
- Nadie
El no me miraba, estaba completamente enfocado en las hormigas
- Hey, sabes no tengo con quien hablar ¿Quisieras venir a jugar conmigo?
- No -contestó muy secamente
Su actitud me molestó y me puse frente a él
- ¡Oye no seas grosero!
El levantó la vista y di un paso atrás al ver sus ojos, son de color amarillo, sorprendida tropiezo y caigo sin apartar la vista de sus ojos. Al verlos más detalladamente, se podían ver un total de seis líneas oscuras alrededor de las pupilas
- ¿Eres uno de ellos? -mi vos temblaba, había escuchado sobre unos seres muy diferentes a los humanos y uno de sus rasgos más característico eran que sus ojos lucían muy diferentes a de los humanos
- Eres igual que todos - el se marchó
Me percaté de que le había herido con esa pregunta y lo seguí todo el día pidiéndole que me perdonará
*
De ese modo lo conocí. Siete hermosos años y espero que sean mucho años más, pues sin Marcus, yo no se que haría sin el...