Primera parte

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Eran otros tiempos y era otra la forma de ver el amor. Despiadado, poderoso, avaricioso y mortal. El amor era capaz de hacer caer por igual al más poderoso de los reyes y al más irrelevante de los esclavos.

Escuchar las historias que corrían de boca en boca por las pequeñas aldeas de Grecia era suficiente para confirmarlo.

El caso de Medea era el ejemplo perfecto. Hija del rey de Cólquide, lo había dado todo por Jasón, un extranjero procedente de Grecia. Vendió a su gente, su tierra y sus riquezas e incluso a su hermano con tal de permanecer junto a su amante.

Sin embargo, Jasón no tardó mucho en abandonarla para casarse con la hija del rey Corintio. El profundo amor que consumía a Medea hizo que se volviera loca cuando Jasón la abandonó, llena de irá y de desgarradora soledad, se dejó llevar por la venganza y asesinó a sus propios hijos.

De igual forma se expandieron las historias de nuestros protagonistas. Mil y una historias han hablado del apasionado y mortífero amor de Fedra. Algunos lo critican y otros imploran llegar a sentir un amor de tal magnitud al menos una vez en su vida.

Este relato cuenta una historia de amor, pero no la de Teseo, ni la de Hipólita, ni si quiera la de Fedra. Esta es la historia que siempre estuvo allí, oculta en un famoso mito, pero que muy pocas veces fue contada.

¿Deseas descubrir la historia que pocos conocen? Deberás esperar algo más.

Como narrador omnisciente no puedo permitirme el lujo de pecar de inocente ni de iluso. No sabes cuánto me alegraría que todas las personas que llegasen a este relato supiesen ya sobre el mito de Fedra, pero conociendo los tiempos que corren no es de extrañar que muy pocos lo conozcan.

En la sociedad actual imperan las nuevas tecnologías y estás empujan a sus usuarios hacia el futuro, sin dejar que se sorprendan con lo entretenido y placentero que puede ser conocer sobre el pasado. Por ello, estimado lector, deja que primero te oriente en el excitante mundo de la mitología griega.

La historia de nuestros protagonistas comenzó con Teseo, rey de Atenas, hijo de Etra y Egeo, y para muchos, hijo del mismísimo Poseidón. Las aventuras vividas por Teseo desde su niñez para llegar al trono de Atenas fueron extraordinarias, pero estas no forman parte de la historia que nos incumbe.

La historia comienza con el viaje de Teseo a Creta.

Debido a antiguos problemas, la ciudad de Atenas debía enviar un tributo al rey de Creta . Este consistía en el sacrificio de siete doncellas y siete jóvenes, que serían devorados por un horrible monstruo, el .

Teseo se presentó voluntariamente ante su padre, rey en Atenas en aquel tiempo, para que le permitiera ser parte de la ofrenda y lo dejara acompañar a las víctimas para poder enfrentarse al Minotauro.

Al llegar a Creta, la hermana del Minotauro, Ariadna, quedó prendada de Teseo y le propuso ayudarlo a vencer a su hermano si a cambio prometía casarse con él. Teseo aceptó y venció al Minotauro con facilidad, sin embargo, abandonó a Ariadna en la Isla de Naxos en el camino de vuelta a Atenas.

Teseo fue respetado y venerado por sus múltiples batallas vencidas, pero aquello no hacía de él un hombre bueno, y mucho menos un hombre fiel a las mujeres. En una de sus numerosas expediciones, Teseo secuestró a una amazona llamada Hipólita que había logrado robar su corazón. Se casó con ella y tuvieron un hijo, nuestro principal protagonista; Hipólito.

El corazón de Teseo era voluble, cambiante, y no tardó mucho en abandonar a Hipólita para casarse con Fedra, princesa de Creta y hermana de su antigua amante, Ariadna.

El día de la boda de Teseo y Fedra, Hipólita sintiéndose ultrajada, reunió a sus amazonas y declaró la guerra a Atenas. Allí las amazonas perdieron e Hipólita encontró la muerte.

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⏰ Última actualización: Jan 30, 2017 ⏰

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El verdadero mito de Fedra [Gay]- Relato cortoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora