Más allá de ti

Primera mañana

Todo comenzó cuando abrí mis ojos. Una luz azulina alumbraba ya mi habitación, había una especie de neblina entre mis ojos y todo lo que me rodeaba. Me vestí lentamente, coloque cada prenda en su lugar, mientras mi cuerpo se movía por inercia. Me puse frente al espejo y mire fijamente a mis ojos no pude sostener mi mirada, me deje llevar por mis pies, por mis manos que hacían lo que debían. Ya lista baje lentamente cada escalón y sentí el frío de la casa recorrer mi cuerpo, avancé por cada habitación y solo podía oír el silencio retumbar en mi mente, ese silencio que precede situaciones inexplicables. El tiempo no pasaba por mí, lo que me dio tiempo de apreciar el comportamiento de mi piel, cada surco imperfecto y como se erizaba cada bello de mis brazos con la frialdad que me abrazaba; era capaz de apreciar cada detalle de su flor, como se desprendía cada pétalo humedecido por gotitas de lluvia. Parecía que el tiempo se detenía con cada paso que daba... era el momento, era el momento de verte y recorrí cada rincón buscándote y te vi, te vi, vi la luz de tu carita, tu pelito, tus ojitos, el sonido de tu voz... apreté fuerte mis ojos para no dejarte ir, entrelacé fuerte mis manos y en ese instante pude sentir verdaderamente el calor y suavidad de las tuyas, un sentimiento indescriptible me dio el valor de continuar, de continuar caminando hacia ti, hacia ese brillante día que aguardaba por tu llegada, ese día que había preparado sus mejores colores, perfumes y cantos de los que no hablan. Además, reunió ante mí, tu vida por otras miradas... supe en ese momento que no solo serías mía, sino que permanecerías en ellos también. Hacia el final camine silenciosamente junto a ti y solté tu mano, ya no podía acompañarte...

Aunque este momento acaba con mi corazón, me despido de ti...