Capítulo 1

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Una vez más Guillermo se preparó para dar el salto final, de fondo sonaba "Cascanueces" y un hormigueo recorría su estómago al observar unos instante la presencia de gente muy conocida.
Y lo hizo, dio el salto.

Los pies en punta, los brazos ligeramente abiertos y los dedos de la forma que os enseñé -recordó las palabras de su profesora.

Pero entonces, tuvo una obnubilación, recordó las palabras de su padre.

"-Jamás serás un orgullo para esta familia. "
"Eso es de nenas."

Y cayó. Se derrumbó sobre suelo como una vez lo hizo su vida. No podía caer de nuevo.

-Lo siento papá... Pero esto es mi vida. Esto es por lo que lucho cada día y por lo que sufrí tanto tiempo, ahora no me pienso rendir -Tras esas últimas palabras Guillermo hizo el amago de levantarse pero un agudo dolor se posicionó en su tobillo derecho, su cara de dolor advirtieron a los presentes de que algo iba mal.

-¿Está bien...? -Comenzaron a atiborrarle a preguntas.
Guillermo comenzó a sentir mareos, la calor se hacía más intensa, intentaba sobreponer el sueño que empezaba a tener en aquel momento pero cada vez se hizo más y más intenso hasta que cerró los ojos.

Se escuchaban voces y ruido al fondo, intentaba abrir desesperadamente los ojos pero sentía como si los tuviese pegado, su voz no salía y no sentía su cuerpo. El ruido de la ambulancia resonó.

Voces claras.

-Rápido tiene pulso débil

Voz difusa

-¡Ponedle la máscara, rápido!
No respira.

Después, negro.

[...]

Abrió los ojos. Giró a su alrededor pero no había nadie. Tampoco era que él esperaba encontrarse a su madre con ojos llorosos o a su padre leyendo el periódico con grandes ojeras.

No esperaba nada y eso era lo que se había encontrado. Soledad. Soledad dolorosa. Soledad reflexiva. Soledad al fin y al cabo.

-Que bien que has despertado. Soy el Doctor Hallew -El joven hombre de no más de veinticinco se acercó con una gran sonrisa.

-¿Qué es lo que pasó?

Aquel hombre era muy apuesto para los ojos de Guillermo y para cualquier enfermera que no esperaban oportunidad para coquetearle y acercarse a preguntar como iba pero bien sabían los tres que a ella su estado no le preocupaba absolutamente nada.

-Doctor -volvió a repetir Guillermo el ver que estaba mas pendiente de la enfermera que de él -¿Qué me pasó?

-Tuviste un ataque de pánico... Tal vez miedo escénico.
¿Te puedo hacer unas preguntas?

Guillermo asintió algo desconcertado.

-¿Desde cuando bailas?

-Desde que tenía... -Guillermo paró unos segundos a pensar la fecha exacta -unos 5 años.

-¿Y tus padres no se lo tomaron bien, verdad? -Se sorprendió ante tal pregunta, iba a reprocharle que eran cosas privadas más solo bajó la cabeza y se quedó callado recordando las dolorosas imágenes que años más tarde tuvo que sufrir.

Ballet [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora