La campana sonó y dio la indicación del inicio de clases, provocando que todos los alumnos se apresuraran a terminar sus deberes o a correr a su respectivo salón de clases.
En este último caso, un chico de ojos ámbar con lentes de armazón negro, de tez clara con cabello negro azabache, se apresuró a dirigirse a su clase.
"Llego tarde, llego tarde"
Ese era su único pensamiento, mientras corría dio la vuelta en una esquina y solo alcanzo a ver un pequeño reflejo dorado antes de chocar con el reflejo dorado y caer por la brusquedad del golpe, sus lentes salieron fuera del puente de su nariz.
— ¡Auch! — Gimió el chico mientras se sobo la nuca, cuando reaccionó que había chocado con alguien, abrió rápidamente los ojos y levanto su mirada hacia la persona con la que había chocado. — ¡Lo siento tanto!, llevaba prisa y no me fi-...
Sus ojos se abrieron al ver a la persona con la que había chocado, detrás de ella, juro ver...una ala de demonio y otra de ángel.
Cerró los ojos de inmediato y comenzó a tantear a ciegas sus lentes, con nerviosismo.
— Aquí están. — Dijo la voz de la chica con la que había chocado, su voz era suave y fácil de atraer mientras empujaba contra el pecho del chico lo que reconoció como sus lentes, de inmediato los tomo y los llevo a sus orejas para colocarlos, no fue hasta que los tenía puestos que el chico se animó a abrir los ojos
La chica era hermosa, de cabello rubio con un mechón rojo, sus ojos eran de una hermosa amatista, su piel era un poco tostada pero ni siquiera al punto de llegar a morena clara.
— Te acompañan, eh...— Susurró recordando lo visto unos momentos atrás, la chica ladeo la cabeza.
— ¿"Te acompañan"? — Cuestionó sin dejar de mirarle a los ojos, el chico fue el primero en romper el contacto, algo incómodo.
— N-Nada...solo...idioteces mías, no me prestes atención — Explico mientras movía sus pies, ¿Cómo demonios podría explicarle a alguien que había visto una ala de demonio y una de ángel detrás de esa persona, que era signo de que una entidad maligna y una buena le seguía?, la respuesta era simple; no había forma. Antes ya lo había intentado y...no había salido de forma muy buena. — ¡Ah!, ¿Dónde están mis modales? — dijo de repente, recordando. Extendió su mano. — Rixon Kuran, un placer.
La chica miro la mano extendida por unos largos segundos, Rixon le miró procesar su mano y después de vacilar un poco, Rixon abrió la boca.
— Ya sabes...se supone que la tomes. — Dijo explicando.
"Por su tono de piel y cabello es probable que sea extranjera...o si es de aquí muy probablemente hace tiempo que no está en su país natal." Razono Rixon "Debe de estar acostumbrada a otro tipo de saludo"
Con la declaración de Rixon, la chica solo sonrió.
— Ah, claro — Dijo estrechando la mano de Rixon — Kristel.
Rixon miro como seguía agitando su mano, mirándolo fijamente.
"Por el nombre definitivamente es extranjera...pero, ¿Y su apellido?" Cuestionó manteniendo el contacto visual, pero los ojos de Kristel lo miraban con tanta intensidad que se incomodó, y jalo su mano con suavidad, para que esta fuera soltada, una vez que su mano fue libre miro a otro lado, de forma un poco ansiosa.
— ¡¿Qué hacen aun en los pasillos?! — Gritó una voz al fondo del pasillo, cuando ambos voltearon, se encontraron con la prefecta, una señora robusta y de rasgos toscos.
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Entre el cielo y el infierno
Teen FictionHace 96 años que la humanidad estuvo a punto de extinguirse gracias a una batalla entre los poderes del cielo y el infierno, pero esta prevaleció una vez que los poderes del cielo lograron ganar, para sorpresas de hasta ellos mismos. La humanidad to...