Segunda razón.

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Tus ojos.

Aquellos grandes ojos de un color azul demasiado hipnotizante, tanto que tienen el poder de dejarme sin palabras.
Tus ojos son de un azul tan puro como tu alma, como el cielo en un día nublado.
Es exquisito ver aquellos ojos relucir cuando hablas de algo que te gusta, cuando te emocionas demasiado. Ese brillo que los hace ver más hermosos siempre están presente.
Sin embargo, detesto ver ese brillo cuando lloras. Detesto ver cuando tus ojos tienen ese toque de dolor, rojos, llorosos e hinchados.
Cada vez que te veo llorar solamente me dan unas ganas inmensas de abrazarte y consolarte. Pero tú siempre me apartas, ¿por qué eres tan cruel conmigo?
Pero dejando ese tema a un lado, aquellas grandes pestañas que rodean tus ojos los hacen ver más perfectos, y eso me encanta.
Eres cómo un libro abierto, siempre me muestran tus emociones, lo que piensas sobre mí cuando me ves. Y siempre que hacemos contacto visual no puedo evitar que una gran parte dentro de mí se emocione, y que mi corazón empiece a tamborilear rápidamente en mi pecho.

Así que Marinette, verte directamente a los ojos me lleva directamente a tus pensamientos.

10 Razones Para Amarte. (Marichat) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora