Comenzaré hablando de mi.
¿Quién soy? Soy yo.
¿Cómo soy? Soy así.
¿No me entiendes? si te sirve de consuelo a veces yo tampoco me entiendo.
Recuerdo claramente que empecé a escribir todo lo que sentía a los 9 años, cuando mi madre me regalo mi primer diario. Yo estaba feliz ¡Mi primer diario! Claramente nunca escribí diariamente lo que solía hacer durante el día, normalmente escribía sucesos que me ponían o muy feliz o muy triste. Unos de los mejores mementos fue mi primer amor.
A mi corta edad me había enamorado a primera vista, él era una persona diferente, nuevo en el colegio de hecho. Su manera de ser, camina, actuar, hablar y exponer ¡TODO! Yo era una niña, y estaba ciega de amor. Tuve la suerte de quedar en el mismo salón con él, un chico no muy guapo, para muchas tal vez, nada apuesto, pero yo lo amaba. Nunca se lo dije claro, jamás creí que él llegaría a mirarme, o a notarme y por eso decidí con convicción acercarme a él en el momento tal vez más inoportuno de la historia, el una fila en la cafetería a horas del recreo.
- Hola, tú eres Angel ¿no?
- S-Si, ¿por qué?
- ¿Eres nuevo en el colegio?
- Sí, vivo por aquí cerca y tu ¿hace cuanto estudias aquí?
- Desde primer grado...
Me gustaría decir más pero la verdad mi memoria me traiciona, y prefiero decir lo que recuerdo vagamente, no obstante de lo que si estoy segura es que desde ese día yo a mis 9 años estaba decidida a estar con ese chico de ojos grandes y mirada profunda, diferente entre los demás por escuchar música y estar aislado.
Sé que tal vez piensen que estaba loca y si es verdad, me había vuelto loca... Por él, aunque yo para él solo era la chica que no hablaba con nadie y se sentaba de ultima en la fila, o eso pienso yo. Yo siempre fui de las que disfrutaba estar sola, aún soy así. Las demás personas a veces son un asco.
Nuestra confianza fue aumentando de a poco con el tiempo, aunque yo ansiaba conocerle cada poro, estaba consiente que su mirada no se posaba en mi con aquella atención.
- ¿Hacemos una competencia? <<le dije>>
- Claro, a la cuenta de tres. Uno, dos, ¡TRES!
Estábamos en clases de deportes, no estaba tan loca. No le pediría eso entando en el colegio, de hecho poco me atrevía a acercarme mientras él hablaba con alguien más. Sé lo que dije antes, le hablé en un momento muy loco al principio, pero él me ponía la piel de gallina ¿Qué más podía hacer? Tenía miedo de hablarle y que me rechazará.
- ¿Qué haces? <<Me dice>>
No voy a Mentir, estaba extremadamente sorprendida, era la primera vez que él se acercaba a mi mostrando ese interés, siempre fue por protocolo en medio de una conversación, pero que él se me acercará y me preguntará fue toda una novedad.
- Dibujando un poco, y tu ¿Qué haces?
- ¿Dibujas? No tenía idea, yo soy malo para eso.
- Si, no suelo mostrarle a las personas... ¿Quieres ver?
Se coloca de tras de mi muy cerca, juro que el corazón se me iba a salir del pecho de tan fuerte que latía.
- Que bien dibujas, mira yo tengo un dibujo de un Pokémon (Charmander) en mi bolso ¿lo puedes dibujar en mi cuaderno?
- S-si, claro... No hay problema - suena la cantina del recreo-.
Cuando todos salen, como era costumbre en la mayoría de los días me quede en el salón haciendo el dibujo. Di todo de mi en ese dibujo porque se viera lo mejor posible y al entregárselo él lo notó.
- Te quedo increíble, casi idéntico Brenda...
- Gracias...
Fue la primera vez que le veía una sonrisa tan grande y debo decirlo, me encantó.