Su reflejo le devolvió la mirada. Parecía estar apiadándose de ella, pese a que no necesitaba aquella compasión. Depender de alguien, era algo que ella odiaba. Pero, a veces, uno lo necesita.
¿Cómo tantas cosas podían haber cambiado en tan poco tiempo? Unos segundos era lo que el destino necesitaba para desgarrar el lienzo de tu vida. Tantos colores, torbellinos de armonía, soplos de calidez, todo aquello, desbaratado en un instante.
La inocencia se esfumó para siempre de sus hermosos ojos, la felicidad huyó de su tierna mente. Los lindos tonos rosados con los que su vida fue decorada, se tornaron a un gris sin vida. Sin emoción.
Sin nada.
Se vió de nuevo, ahí, una pequeña chica con un futuro esperanzador, las puertas de una magnífica historia, cerradas de golpe, bloqueadas con los firmes candados de la realidad.
Estaba en la calle, simplemente paseando. Quería olvidar las peleas que mantenían sus padres, las que parecían estar en un bucle infinito. Empezaba con un comentario sarcástico, luego las críticas, los insultos, los gritos llegaban de los últimos. Normalmente se terminaba con un portazo y con el desconsolado llanto de su madre, pero esta vez, el "jefe" de la casa llegó con unas cuántas copas y cervezas de más.
Así que la pequeña prefirió abandonar su hogar durante unos instantes, esperando que después de la tormenta, reinase la calma.
Gigantescas y frías paredes de cemento, carteles a medio arrancar, grafitis que representaban mil y una ilustración, ese era el panorama con el que aquella jovencita tuvo que vivir. Solían llamar a aquel barrio con mil y un nombres despectivos, burlándose de la gente que lo habitaba, sin saber lo que realmente tenían que soportar algunos.
Ella suspiró, cansada. Dibujó los contornos de una imagen con las yemas de sus dedos, completamente perdida en sus ensoñaciones. Guardaba la esperanza de que todo pudiese cambiar algún día, que las líneas de su destino eligiesen palabras distintas con las que predecir su historia.
No tenía muchos amigos. Bueno, realmente, nadie la acompañaba nunca. En el colegio, pasaba los recreos sola, el pupitre que se encontraba a su lado siempre se hallaba vacío, volvía a su caótico hogar sin una amiga que la reconfortase ni un amigo que soltase bromas para relajar el ambiente que se tensaba a su alrededor, como una tela de araña. Una mortífera tela de araña.
La única relación que más o menos se podía mantener estable era la que poseía con su hermano. La mayor parte del tiempo peleaba, ¿pero qué más se puede esperar, cuándo tu familia prácticamente se derrumba como un castillo de cartas?
No alcanzó a oír las risas mezquinas que resonaron en el callejón. Pero un escalofrío recorrió su espalda cuando una voz le habló:
-Vaya, aquí tenemos a la marginada de la clase y de la vida.-sintió cómo aquella chica sonreía mientras hablaba.
Al darse la vuelta, el fulgor de una melena rosada le saltó a la vista. Charlotte, "compañera" de clase de la chica, se encontraba cruzada de brazos, con sus fieles amigas, Cake y J.J, o más bien conocida como Balloon Girl.
-Anw, si la pobre callejera parece asustada... Qué pena.-Cake soltó una risilla divertida.
-Además de todo eso... No tiene personalidad. Mirad su mechón rosa, es como tú, Charlotte.
-A lo mejor necesitaría que alguien se lo cortasen, para aprender un poco... ¿No, Mangle?
El miedo inundó la mente de la peliblanca cómo un caballo desbocado. Sus ojos buscaron con desesperación una posible salida, esperando encontrar algo que la ayudase.
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Pasado Sombrío | FNAFHS | One-shot
Fanfiction¡Yay! Nuevo one-shot basado en FNAFHS. Esta vez, quería escribir algo sobre Mangle que no estuviese relacionado con las parejas, sino con su pasado. He escogido trozos de el capitulo 8 (El reto de Mangle y de los Toys) y del capitulo 11 (El pasado d...